-RCD6ex53ZOv6VvMJujwSklM-758x531@Diario%20Sur.jpeg)
-RCD6ex53ZOv6VvMJujwSklM-758x531@Diario%20Sur.jpeg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Es el mismo de siempre, pero hay algo diferente en él. Cercano, educado y atento como de costumbre. «¿Quieres agua, café?», pregunta antes de empezar ... su quinta entrevista del día en el hotel Only You de Málaga. Pero se muestra más directo y claro, sin ánimo de agradar a todos. Las críticas, como dice, «van a llover siempre». Tras un parón elegido para acompañar a un familiar durante un proceso de quimioterapia y trasplante de médula, Pablo Alborán regresa a la primera línea con 'Clickbait', el rupturista adelanto de su próximo disco. Una nueva faceta, reivindicativa en la letra y experimental en la música, que se suma a su próxima incursión en la interpretación, con su debut en la serie 'Respira' (Netflix). Lo avisa en esta charla: «Quiero tirarme a todas las piscinas que vea, probar todo lo que me apetezca».
–'Clickbait' ha sorprendido en lo musical, y también en el contenido. Es tu canción más combativa.
–Sí, es una canción combativa y experimental en el estilo. Es una canción que no me he planteado mucho, ¿sabes? Es una canción que surgió y que necesité mostrarle al mundo, porque si la hubiera sacado como un tema del disco no tendría tanta repercusión. Y me apetecía que la gente... Bueno, la gente no, era un sentimiento mío de necesidad, porque es un disco que habla de mí en todos los aspectos, como personaje público, de la fama, del amor, habla de la enfermedad… Es un disco muy rotundo en todos los temas, y este era uno de ellos. Pero es verdad que el estilo es el más diferente, más loco y difícil de etiquetar.
–Porque te has sentido víctima del 'clickbait' en muchas ocasiones...
–Sí, sí, creo que todos lo somos, no solo yo. El 'clickbait', las 'fake news' y la cara B de las redes, porque ya no sabes lo que es verdad y lo que es mentira. Hay una sensación de crispación constante, de que si ves a alguien feliz parece que a la gente le molesta o te preguntas si realmente lo es. Y todo eso contamina muchísimo la bondad, contamina el buen rollo. Y eso es lo peligroso.
–¿Sientes que, aunque muchos lo crean, no te conocen?
–Siento que los que me conocen de verdad no son los que se quedan con solo una cara de lo que se muestra de mí. El que me conoce es el que me tiene como tú ahora mismo, delante, cara a cara, charlando, tomando un café. Pero ver el 100% es muy difícil. La gente se hace una idea de ti preconcebida, que a ti te puede dar igual, pero llega un momento en el que dices, oye, si no me conoces, ¿para qué vas a opinar? Opina sobre lo que he mostrado.
–¿Qué 'fake news' te ha dolido más?
–Como 'fake news', a mí personalmente, no me ha dolido ninguna. Me ha podido molestar alguna, y al final siempre me he tenido que callar porque no puedo hacer más ruido sobre algo que en el fondo dura dos días y es absurdo. Sobre mi vida privada, sobre mis relaciones, sobre los coches que tengo, sobre dónde vivo. Una vez me dijo mi madre '¿no te parece fascinante que en el fondo no tienen ni idea?'. Y es verdad.
–En el avance de 'Clickbait' se habla de un momento de cambio. ¿Cambio hacia dónde?
–Pues no sé hacia dónde voy, pero estoy convencido de que cada paso que doy es mucho más rotundo y mucho más fuerte, mucho más pesado que el anterior. Sé lo que no quiero hacer, sé que quiero coger las riendas de mi carrera, sé que artísticamente quiero seguir viviendo la libertad que he sentido siempre, pero mucho más que antes. Quiero tirarme a todas las piscinas que vea, quiero probar todo lo que me apetezca probar, quiero experimentar musicalmente todo lo que a lo mejor antes yo mismo no me permitía por miedo al prejuicio. De hecho, cuando empecé a escribir 'Clickbait' pensé que no lo iba a sacar en la vida, porque es tan diferente, tan raro, está hablado y podía ser un poco polémico. Y yo mismo dije, pues este va a ser el primer tema que saco, ¿sabes? Tengo el impulso de romper mis propias barreras. Como lo del cine. Llevo estudiando cinco años, me han llegado millones de papeles, algunos no los he podido hacer y otros no me han cogido, pero cuando sale este para la serie 'Respira' no sabes el miedo que tenía a mi alrededor. Y yo decía, pero si acabamos de salir de una pesadilla, de un infierno en casa, ¿por qué me voy a perder la oportunidad de hacer algo brutal para lo que me he preparado? Las críticas van a llover siempre. Me lo voy a pasar bien, que mañana se me cae el ladrillo este (señala al techo) y no lo cuento. Y además, estoy en un momento también en el que quiero fomentar las buenas noticias; y si puedo usar mi voz para eso, pues prefiero ese camino.
–Tras tu experiencia acompañando a un familiar enfermo de cáncer (ya recuperado), también has usado tu voz para hacer un alegato a favor de la sanidad pública y mandar un mensaje a navegantes, ¿no?
–Un mensaje a mí mismo y a todos. Siempre nos jactamos de decir que la sanidad pública de este país es la mejor, pero no son superhéroes. Son seres humanos a los que tenemos que cuidar y proteger, no puede depender todo el rato de un tema político, ideológico, de votos… No. Hay que pensar en ellos, porque cuando uno va a un hospital, el ser humano tiene ese instinto egoísta de decir 'cúrame, cúrame, me da igual si has dormido o no, me tienes que curar porque para eso estás aquí'. Si vas a exigirlo, tienes que tener la contrapartida de 'yo te voy a cuidar como tú me estás cuidando a mí'. Y eso requiere de una reflexión sobre las horas de guardia que hacen, sobre las jornadas inhumanas de más de 100 horas a la semana. Y luego aparte, obviamente, hay que fomentar la donación de médula, que en el caso de mi familia nos ha dado una segunda oportunidad.
–La sanidad se paga con los impuestos. Tú nunca has estado tentado de irte a Andorra, ¿no?
–Jamás, en vida. Yo pago mis impuestos, y lo haré siempre, porque debe ser así. A Andorra ni loco.
–Y, ¿ves factible hacer carrera en el cine y en la televisión, o esto ha sido algo puntual?
–No, no es puntual para nada.
–¡Te ha picado el gusanillo!
–Sí, sí, sí, muchísimo, no es nada puntual. Vamos, esa es mi intención. Otra cosa es que luego me llamen. Pero sí, sigo haciendo 'castings', hay más proyectos que van a salir y estoy muy feliz, porque es como el que solo ve tres colores y de pronto ve 20. Yo estudié teatro muy chiquitín, lo que pasa es que luego salió lo de la música y tiré para adelante. Llevo cinco años estudiando interpretación, y salían cosillas, pero no las podía hacer porque tenía la gira o no me cogían, porque obviamente estoy verde. Pero sí que es algo que espero que se quede para siempre. Me ha abierto los ojos en muchos aspectos, me ha enseñado mucho de mí.
–¿Y quién te gustaría que te dirigiera? Por pedir...
–Prefiero no decirlo, porque cuando lo he visto en otras entrevistas me ha sonado de pedante… (ríe) Tengo muchísimos, pero no lo voy a decir. Las oportunidades son muy difíciles de dar, y sobre todo alguien como yo, que tiene el peso de una imagen. Yo lo único que pido es que me dejen hacer 'castings', aunque luego no me cojan.
–Es duro que te digan que no a estas alturas.
–A mí me han dicho que no mil veces.
–Pero en la música no tienes ya que pasar por eso.
–Pero, ¿tú sabes cuántos concursos de música he perdido yo? ¡Que no he ganado ni un solo concurso! ¿Cuántos Grammys tengo? ¡Cero! Yo he aprendido muchísimo haciendo 'castings', mucho. Porque me ha costado mucho desligarme de mí mismo, de la imagen que uno tiene de sí mismo y de la que tienen los demás. Para poder hacer un papel tienes que romper con todo eso, porque si no vas a seguir viendo a Pablo Alborán. Entiendo que va a ser muy difícil, por eso tengo que seguir estudiando a muerte.
–Respecto al Grammy, ahora tendrás otra oportunidad con el nuevo disco que sale a finales de año.
–La verdad es que me da igual. Para mí el mejor premio es poder estar haciendo entrevistas en Málaga, tener a mi equipo, tener a mis amigos de toda la vida. Es que eso sigue siendo el premio de mi vida, estar vivo, tener a mi familia conmigo, poder hacer una gira, poder viajar... ¿Tú sabes la de gente a la que le encanta viajar y no puede? Y yo tengo ese privilegio. Me encantaría tener un Grammy, ¿eh? O dos, o tres, o cuatro o 20, pero eso no me define ni como persona ni como artista.
–¿El sonido de 'Clickbait' es un anticipo de lo que va a venir?
–No, es una primera carta de presentación, pero las canciones no tienen nada que ver la una con la otra. Es un disco que tiene siete baladas, seis canciones a medio tiempo y 'up tempo', es un disco que tiene una bulería con Vicente Amigo, que tiene flamenco, que tiene electrónica... A mí me gusta siempre variar, pero tiene muchísima raíz malagueña y andaluza, y por otro lado también tiene una necesidad de celebrar la vida.
–Siete baladas, entonces, ¿sigues siendo un romántico?
–En mi música sí (ríe). Más que romántico… soy muy emocional, soy muy sensible. No susceptible, sensible. El romanticismo no solo está en cantarle a dos personas que se quieren que el amor es inquebrantable y que todo es de color de rosa. Yo no creo en ese romanticismo, yo creo en el romanticismo más crudo, en el que cuando pasa algo malo sigas estando ahí, el que seamos un equipo tú y yo, el que de pronto haya un problema y volvamos a tener el compromiso de hacer que esto funcione. En ese romanticismo sí creo, y ese romanticismo sí está muy presente en mí.
–Ahora hay mucho debate en Málaga sobre el turismo. ¿Se nos está yendo de las manos, se está desbordando?
–Tengo miedo, pero como tienen miedo en Barcelona. Tengo miedo porque, obviamente, lo que quiero es que no se pierda nuestra idiosincrasia, nuestras raíces, nuestra cultura, lo que hace que el malagueño sea malagueño... Málaga no es solo un acento, son muchas cosas, muchas costumbres y muchas esquinas que está muy bien renovarlas, pero hay que hacer que el malagueño se sienta en Málaga y que cuando vengan sigan sintiendo que están en Málaga, que no nos coma la ambición. Eso es importante. Pero Málaga está mejor que nunca, Málaga es infinita y siempre será eterna, confío en eso.
–Es la noticia del día, ha fallecido el Papa Francisco. ¿Qué opinión tenías sobre él?
–En la institución de la Iglesia hay cambios que ha hecho el Papa que espero que se mantengan. Y, obviamente, cualquier fallecimiento es una pena para todo el mundo. A ver qué pasa ahora.
–¿Haces de embajador de Málaga con tus amigos y compañeros de la industria?
–Siempre, hombre. En este disco hay tres canciones que hablan de Málaga. Málaga está muy presente porque es muy importante en mi vida. Todo el que haya vivido una infancia muy bonita en su tierra sentirá lo mismo.
–Si te preguntan los amigos, ¿qué les recomiendas hacer en Málaga?
–Que se pierda. Es una frase que dice mi padre mucho, pero creo que para conocer una ciudad tienes que perderte en ella. Es la mejor manera de descubrirla. Todo el mundo te va a decir vete a calle Larios, vete a calle Granada… sí, pero descúbrela. Vente una semana a Málaga y no repitas en ningún sitio. Esa es la mejor manera de conocer Málaga porque te va a sorprender siempre.
–Porque, ¿cuál sería tu día perfecto en la ciudad? No sé si te lo puedes permitir porque no te dejarán ni andar, pero…
–Sí, sí. Me lo permito yo, para empezar. Y luego me lo permiten los demás. Hay veces que se complica y hay veces que no, porque como hay mucho turismo (risas). Pues mira, el otro día pasé un día perfecto. Me fui a Pedregalejo, a Pedrega, y luego pasé por El Palo. Estuve comiendo en los Hermanos Alba unas gambas, que es el plato estrella de ahí, que es brutal, y luego me pasé un chiringuito de enfrente que se llama La Playa. Estuve con dos amigos, una amiga de aquí de toda la vida del Palo. No quiero más, estábamos frente al mar tomándonos una cervecita. Y luego vuelta a mi casa con mi familia. Eso es un día perfecto en Málaga.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.