La Filarmónica de Málaga pulsa la música de hoy

Se trata de una iniciativa inédita en España que nace con vocación de continuidad. Las tres obras seleccionadas fueron escogidas tras una convocatoria abierta entre los socios de la ACM, que agrupa a 140 compositores e intérpretes malagueños y de otros puntos de Andalucía (es la única asociación de estas características en la comunidad). La última palabra la tuvo la Filarmónica. «Y fue muy difícil hacer una selección. Las seis piezas finalistas eran muy variadas. Demostraban un dominio técnico y una riqueza de ideas musicales muy destacadas. Nos hemos decantado por las tres que tenían algo especial», señala Moreno.

El director titular recogía así la propuesta de los compositores locales, que luchan por una mayor visibilidad en su tierra, donde escasean las oportunidades para mostrar su trabajo. Moreno abrirá con una de estas obras la temporada el próximo mes de septiembre, toda una declaración de intenciones de la apuesta de la OFM por las nuevas voces. Será con 'Il Duero' de Alejandro Cano Palomo, actual presidente de la asociación de compositores, el 16 y 17 de septiembre. Le seguirá 'Ce que vivent les violettes', el homenaje de Diana Pérez Custodio a María Victoria Atencia que se interpretará el 10 y 11 de febrero. Y lo cerrará el 12 y 13 de mayo 'Cuaderno de Bitácoras', siete movimientos a modo de «siete reflexiones diarias» de Pilar Miralles. En una disciplina históricamente vinculada al hombre, aquí se da la circunstancia de que dos de las tres obras elegidas llevan la firma de una mujer. «Pequeños brotes verdes de normalización que siempre dan aire y ayudan a seguir», se felicita Pérez Custodio, una de las compositoras más sobresalientes de Málaga.

José María Moreno diseña una programación donde estas oberturas se acompañan de piezas muy populares del gran repertorio para mantener el equilibrio y atraer así a los espectadores más reticentes a escuchar obra nueva. Pero esa clásica resistencia a lo actual, insisten, cada vez es menor. «Solo hay que saber hacérselo llegar al público», mantiene el maestro. «Cuando se les expone a otras experiencias salen encantadísimos. El público es mucho más abierto de lo que lo programadores creen«, defiende Pérez Custodio.

Para Pilar Miralles «lo ideal» sería que esa combinación de lo actual con maestros del pasado no fuera necesaria. El reto, dice, es generar «una confianza cada vez mayor en la expresión artística actual, la que refleja la realidad que compartimos». «Nosotros como compositores tenemos la responsabilidad de demostrar al público que podemos utilizar y ofrecer un lenguaje entendible, que emplee las herramientas del lenguaje común entre compositor, intérprete y audiencia«, asegura la joven, que ahora estudia en Helsinki. Este será para ella su segundo estreno orquestal, el primero tuvo lugar hace solo unos días en la final del concurso Île de Créations celebrado en París.

No es habitual escribir para orquesta. La mayoría de los autores dirigen sus caminos hacia composiciones para agrupaciones de pequeño formato con más opciones de ver la luz. «Nadie quiere que su música se quede en un cajón. Componer para orquesta es laboriosísimo, inmenso», detalla Pérez Custodio. Sin ser su medio más cómodo de expresión, reconoce que se trata de una «experiencia insustituible». «Las orquestas adolecen de iniciativas innovadoras, son muy decimonónicas en su planteamiento. Haber encontrado esta sinergia es maravilloso», aplaude. Para ella será la segunda vez que escuche una obra suya en los instrumentos de la OFM, ya lo hizo con Aldo Ceccato al frente.

Es un momento «emocionante» que Alejandro Cano vivirá ahora por primera vez. «Estoy muy contento. He ido al Cervantes desde mis años de estudiantes y siempre me preguntaba si algún día tocarían mi música allí. Ver que se va a hacer es un sueño», reconoce. Iniciativas como esta, resume Pilar Miralles, «mantienen la esperanza». Entre Mozart, Beethoven, Tchaikovsky, Mahler y tantos más, hay un hueco para la música de hoy.