El nuevo proyecto de Antonio Banderas en Málaga se llama Espacio Sohrlin
El actor avanza en los Cursos de Verano de la UMA que impulsa en las naves de la Misericordia una escuela y un centro de producción que proyecta colaborar con compañías malagueñas
Avisó nada más sentarse que se sentía «más alumno que profesor». Pero después de casi dos horas de charla personal, reveladora y divertida nadie ha ... dudado de que lo de Antonio Banderas este jueves en los Cursos de Verano de la UMA era una clase magistral y que el patio de butacas del Teatro del Soho Caixabank era un aula universitaria. Que además estaba hasta la bandera(s), como ocurre con las clases de los maestros que se salen de la norma. Una conversación del actor y promotor con su colaboradora y presentadora de televisión María Casado, en la que el protagonista de 'Dolor y gloria' ha desvelado su nuevo proyecto en Málaga, que se denominará Espacio Sohrlin, y que, como ya adelantó SUR, convertirá casi 8.000 metros de naves de la Misericordia en un centro volcado en la producción, la formación y la exhibición.
Según ha contado el actor, director y productor, el proyecto de su teatro está todavía «naciendo» y «lo mejor está todavía por venir». Así, ha avanzado que la expansión de sus actividades escénicas y audiovisuales es el Espacio Sohrlin, cuyo nombre procede de la fusión de la empresa del Soho con la productora Merlín, que dirige el también empresario malagueño Domingo Sánchez. «Es una compañía que ha estado trabajando muchos años en proyectos parecidos al Circo del Sol en Arabia Saudí y la zona del Golfo y que ahora quiere regresar a Málaga», ha avanzado Antonio Banderas, que ha añadido que concretarán los detalles de este proyecto a finales de otoño.
«Nunca quise la carta verde; podría haber sido norteamericano, pero es que soy de Málaga»
«Creo mucho en nuestra ciudad y, aunque parezca una paradoja, una de la mejores cosas que tiene Málaga es que todavía es imperfecta y eso nos da una oportunidad enorme de construir»
No obstante, en la amplia charla en la que ha participado un público con gran presencia de actores, profesionales de las artes escénicas y aficionados, el profesor Banderas también ha expresado su deseo de producir a través de este nuevo proyecto a compañías y autores de Málaga, entre los que ha citado a la reciente ganadora del premio Max de teatro al mejor espectáculo revelación, Alessandra García. «Está al pie de la calle de lo que se está haciendo ahora en la cultura en Málaga, se pelea con todo y me gustaría producirla», ha deseado Antonio Banderas, que también se ha acordado del esfuerzo de Pata Teatro para poner en pie este año sus 'Clásicos en verano' o su colaboración con los últimos espectáculos de Ángel Calvente y El Espejo Negro, que se han estrenado precisamente en el Teatro del Soho Caixabank.
Colaborar con la Universidad
Sobre el centro de formación que también forma parte de este proyecto, el actor y director ha comentado que, entre las dos escuelas de arte dramático de Málaga (Esad y Esaem), suman unos 1.500 estudiantes. «No hay espacio laboral para todos estos alumnos y hay que decirlo, pero la buena noticia es que hay otros actividades dentro del teatro que son profesiones que están relegadas y que se han convertido en un problema en el teatro español, ya que es difícil encontrar técnicos de sonido o de luces, regiduría, diseñadores de vestuario o producción, y peluqueros, que son campos muy creativos y de gente cualificada», ha dicho Antonio Banderas, que enfocará su centro a estas disciplinas técnicas y que ha abierto la puerta a colaborar con la propia Universidad de Málaga para desarrollar estas titulaciones.
Unos anuncios que han seguido de cerca buena parte de la audiencia que le escuchaba, mayoritariamente joven, vinculados a las artes escénicas y procedentes de Barcelona, Granada o Paraguay, que lo han interrogado insistentemente sobre cómo llegar a lo alto de las tablas. Así, el promotor del Teatro del Soho Caixabank ha señalado que, en la actualidad, «existe más competencia que cuando comencé», por lo que recomendó prepararse a fondo, «no ponerse pesados» y acudir sistemáticamente a audiciones.
El actor ha vuelto a revalidar su compromiso con Málaga con el espacio Sohrlin y, al ser preguntado por la ciudadanía norteamericana que nunca llegó a formalizar, señaló que está «muy agradecido a Estados Unidos porque me dio muchas oportunidades, pero nunca quise la carta verde; podría haber sido norteamericano, pero es que soy de Málaga», ha confesado el actor entre el aplauso del público, que se lo ha pasado de lo lindo también escuchando sus inicios con dos mujeres del teatro malagueño que fueron fundamentales para su vocación por las tablas: la dramaturga Ángeles Rubio Argüelles y la actriz Guillermina Soto.
Cuarenta años después de aquello, Banderas ha constatado el despegue de Málaga en el ámbito cultural y social, aunque ha dicho que, por fortuna, todavía queda camino por recorrer. «Creo mucho en nuestra ciudad y, aunque parezca una paradoja, una de la mejores cosas que tiene Málaga es que todavía es imperfecta y eso nos da una oportunidad enorme de construir», ha abrochado el actor.
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