La noche que Manuel Vilas durmió con fantasmas
El autor recoge el Premio Alcántara de Poesía por una obra en la que desfilan Hemingway y su padre. «Y no me invento nada»
Era un mes de mayo de un año cualquiera, el cúando no importa. Por motivos de trabajo, que tampoco interesan, viajó al pueblo italiano de ... Stresa y se alojó en el Gran Hotel de las Islas Borromeas frente al lago Maggiore. «Y yo aquella noche tuve la sensación de estar durmiendo con fantasmas», confesó Manuel Vilas. Habló con Ernest Hemingway, que un día se hospedó en una suite cercana que le recuerda con un placa, y a lo lejos vio a su padre, siempre con su corbata. «Y no me invento nada. Ocurre en mi cabeza de manera muy natural y por eso luego pasa a los poemas de manera también natural».
El escritor aragonés lo contaba ayer con una normalidad aplastante poco antes de recoger en Málaga la consecuencia de ese «cónclave de fantasmas»: el XXV Premio de Poesía Manuel Alcántara por el poema ‘Gran Hotel de las Islas Borromeas’. Manuel Vilas recibió uno de los galardones más consolidados y mejor dotados de España (6.000 euros a un solo poema y una escultura de Jaime Pimentel) en un acto en el Museo Carmen Thyssen presidido por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Fundación Manuel Alcántara, Antonio Pedraza; el responsable del Área de Actuaciones Socio Culturales de la Fundación Unicaja, Rafael Muñoz Zayas; el presidente del jurado, Álvaro García, y la concejala de Cultura, Gemma del Corral. Les recibió la música que tocaban jóvenes intérpretes de la Fundación Musical de Málaga.
El poema es «hijo de una clase media española» con mimbres sociales «invisibles»: frente a la riqueza, el éxito al final es «vivir de manera humilde»
Por primera vez en 25 años faltó el poeta que da sentido a este premio, pero Manuel Alcántara estuvo presente en las afectuosas palabras de los ponentes. «La ausencia de Manolo nos llena de congoja a todos», admitió Pedraza. Como el propio poeta y articulista de SUR le dijo, no se sentía bien «y se iba a sentir peor cuando sus amigos no estuvieran a gusto viéndole mal». «No está, pero tenemos siempre noticias suyas desde las páginas de SUR», añadió De la Torre.
Su nombre en este reconocimiento –organizado por el Ayuntamiento con Unicaja y la Fundación Alcántara– y la «impresionante» tradición poética de Málaga, le hacían sentir algo «heroico» a Vilas por ser él el elegido entre 1.442 propuestas. El poeta Álvaro García, presidente del jurado, argumentó el porqué. Por un lado, por «la crítica no explícita», por su carácter «profundamente proletario sin decirlo». Y por otro, por su «elogio de lo que España nunca elogia, el éxito»: aquí «lo que mola es el fracaso».
Manuel Vilas lo corroboró. ‘Gran Hotel de las Islas Borromeas’ es «hijo de una clase media española» con «mimbres sociales invisibles». Porque el poema nace del «deslumbramiento» de quien nunca ha tenido acceso a tanto lujo, de ahí que aparezca como trasfondo «la fricción entre la riqueza y la pobreza». Es también una reflexión sobre el éxito y el fracaso, de la que extrae una conclusión: frente a la apabullante figura de Hemingway, el narrador decide que el éxito «es vivir de una manera humilde, como vivió su padre». Todo eso sucedió en ese hotel de Stresa, porque en su vida «no existe» una línea entre la ficción y la realidad. Manuel Vilas ve cosas en todas partes. «Y en Málaga he visto muchas». Quién sabe los versos que saldrán de esta noche.
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