Gran inicio de temporada para la Orquesta Filarmónica de Málaga
La OFM inaugura su 35º Temporada en el Teatro Cervantes con un repertorio de marcado carácter ruso
CARLOTA HERNÁNDEZ
Sábado, 28 de septiembre 2024, 12:05
La Orquesta Filarmónica de Málaga ha dado inicio los días 26 y 27 de septiembre a su 35ª Temporada de Abono en el Teatro Cervantes ... con un primer concierto inaugural con grandes obras de compositores rusos. La selección, cuidadosamente escogida por el maestro José María Moreno, hace un recorrido por el sinfonismo ruso y ha contado con la obertura Ruslán y Liudmila, de M. Glinka, el Concierto para piano y orquesta en Fa sostenido menor de A. Scriabin ejecutado por el laureado pianista Raphael Alexandre Lutchevsky y la cantata Alexander Nevsky, de S. Prokófiev.
Se trata del Concierto Inaugural de una temporada 2024-25 marcada por aires de cambio y que, además, ha conseguido batir sin precedentes el récord de abonados, algo que el propio director de la orquesta ha explicado a los asistentes con muchísima ilusión antes de empezar el concierto. Resultó realmente impactante la primera impresión sonora al oír la obertura de Ruslan y Ludmila, de Glinka, obra que por lo general suele ser bastante típica de las primeras partes de un concierto pero que la OFM consigue ejecutar a un altísimo nivel. La interpretación sorprendió por la intensidad rítmica impuesta por José María Moreno, a la que la orquesta respondió con una gran fuerza expresiva, logrando una interpretación evocadora, transparente y muy efectista.
Tras la obertura, el solista polaco Raphael Alexandre Lustchevsky ofreció una versión del Concierto para piano y orquesta en fa sostenido menor de Scriabin demostrando una gran elegancia interpretativa, con un fraseo delicado y cargado de contenido, así como un manejo muy sutil del pedal que esta pieza requiere y que logra sin esfuerzo, algo que contrastó con el Allegro final, que fue una explosión total de expresividad. Siguió con dos propinas que fueron muy bien recibidas por el público: la Danse espagnole de Falla, donde demostró que es un intérprete tremendamente versátil y cuya intensidad y pasión contrastaron con la delicadeza de su Scriabin, y el Estudio Revolucionario de Chopin, ejecutado también de manera magistral y dedicado a los ucranianos, tal y cómo lo hiciera Chopin en su día dedicándolo a su Polonia natal, que estaba siendo invadida por Rusia.
La noche terminó con la imponente cantata Alexander Nevsky, de Prokófiev, con una interpretación brillante tanto por parte de la orquesta y de su director como del Coro de Ópera de Málaga y la mezzosoprano encargada de uno de los movimientos, María Luisa Corbacho, cuya salida llena de enorme tristeza y desasosiego caminando lentamente con la orquesta ya sonando, resultó muy impactante y dotó a este complejo sexto movimiento de gran emotividad y dramatismo.
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