El fenómeno Aitana despide la temporada de conciertos en Marenostrum
La cantante, muy cercana, se metió en el bolsillo a las 15.000 personas que no quisieron perderse el cierre del ciclo de conciertos de Fuengirola
El último concierto de la temporada en Marenostrum merecía un recinto lleno y entregado en cuerpo y alma a la causa Aitana. Así, la organización ... confirmó la asistencia de 15.000 personas que no quisieron perderse la despedida del ciclo de actuaciones musicales. Hay que reconocer que el fenómeno fan de la artista es uno de los más fieles después de que la barcelonesa se diera a conocer en la edición de 'Operación Triunfo' de 2017. Aunque no ganó el programa se metió desde el primer momento que comenzó su carrera en solitario a un público muy peculiar en sus bolsillos: niñas de entre 4 y 20 años que desataban ayer su locura en el concierto más esperado de su verano.
Desde luego, habían preparado la garganta durante las jornadas previas al concierto para poder gritar su nombre y sus canciones a pleno pulmón, incluso cuando la artista aún no había pisado el escenario. Algunas de esas chicas llevaban esperando desde por la mañana a las puertas del recinto. María Cortés, con 21 años, llevaba desde las 9.30 de la mañana en la cola, fue la número 40 en una fila privilegiada y finalmente consiguió ver a su artista favorita muy de cerca. Una vez dentro de la colina del Castillo Sohail la imagen era impresionante: familias, pequeñas y grupos jóvenes de amigas se disponían por cualquier parte, mientras que las gradas estaban repletas de fans que preferían ver el show de Aitana sentadas, aunque duraron bien poco sin bailar de pie.
Ese amor por la cantante se tradujo rápidamente en gritos de locura cuando las luces se apagaron y Aitana apareció ascendiendo desde el inicio de su pasarela. Llamativa, con un mono de trasparencias rojas y botas mosqueteras y altas de charol, aunque tipo militar para pisar con garbo en un escenario que conquistó desde el primer tema.
'Formentera' es uno de sus últimos éxitos que sacó este año con Nicki Nicole y, además, una de las canciones favoritas de sus fans por varias razones: tiene una letra llena de recuerdos, una melodía pegadiza y una coreografía sensual y sugerente que lleva incluido su paso estrella sobre el suelo que sus seguidoras conocen de sobra. Tras ella, un elenco de bailarines que se solapaban a la perfección con sus canciones y cinco músicos con guitarras eléctricas, bajo, percusión, teclados y batería.
Con el show ya rodado Aitana estaba más que habladora, aunque ya lo advirtió al comienzo del concierto, que era su faceta encima de los escenarios: «¡Qué pasada, cuantísima gente ha venido. Estuve aquí hace tres años y es muy fuerte volver. Recuerdo que fue uno de los mejores días, fue el concierto al que más gente vino de toda la gira anterior. Os agradezco que siempre me hayáis dado tanto. Esta noche va a ser muy especial, vamos a pasarlo muy bien. ¿Vais a cantar todas las canciones?», respuesta que obtuvo enseguida con un sí rotundo que llenó el recinto.
Se sucedieron temas tan conocidos como '11 razones', 'Telefono', 'Berlín' y uno que ni siquiera ha sacado aún pero que muchos ya se sabían, 'Otra vez'. Con esta última canción pedía a los suyos que sacaran sus móviles, que grabaran el momento y que lo subieran a Instagram para que en el próximo show también el público también la supiera. Desde luego, el 'boom' de las redes sociales es la mejor arma de Aitana para llegar a su público.
Otro de los motivos que hicieron a la artista aún más cercana fueron sus largos monólogos antes de cada tema, contando alguna anécdota, sincerándose o haciendo peticiones varias a sus fans. También ayudaron sobremanera las dos grandes pantallas a los lados del escenario que enfocaban en todo momento en primer plano a la artista, que en algún momento desplegó una bandera de Andalucía. Desde luego, sus '11 razones' tour llegó con cariño, mucha explosión y carisma para quedarse en el corazón de sus malagueñas durante todo el invierno. Las miles de personas que se quedaron prendadas del fenómeno Aitana; quién sabe si una moda pasajera o una artista que va a ver crecer a su público, y viceversa.
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