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El humo de los cañones que sobresalen del escenario anunciaba su esperada llegada. Las conversaciones cesaron y los cuerpos se giraron en la dirección de ... las tablas. Los más de diez músicos ya estaban encima y, a los pocos segundos, apareció él: Juan Luis Guerra. El artista dominicano, con su característica boina y su pañuelo al cuello, salió bailando al ritmo de tambores, piano, bongos y demás instrumentos congregados para hacer de este concierto una experiencia única, en la que el cantante eligió Málaga como su compañera ideal para bailar salsas, bachatas, merengues y demás sonidos latinos que acompañan a este experimentado en cada una de las ciudades por las que pasa.
El concierto, el primero en España de su gira europea, comenzó por todo lo alto con 'Rosalía' y ya no bajó de ese pedestal, en el que siguió con temas de su último disco, 'Entre mar y palmeras', llamado igual que este tour con el que pasará por ciudades como Ámsterdam, Berlín y París. El músico no dejó de moverse por el escenario al ritmo de sus canciones, siempre con la mano sobre su oreja para escucharse mejor. 'La travesía', 'Vale la pena' o 'Como yo' son algunos de los sonidos que no faltaron en este espectáculo, que hizo que el público no se quedara estático, algo de lo que también tuvo mucha culpa su banda: 4.40, llamada así en referencia a los 440 hercios de la frecuencia de la nota que los músicos suelen utilizar como referencia para afinar los instrumentos.
Juan Luis Guerra vendió todas las entradas para esta noche, un concierto muy esperado que se incluye en la programación musical de Selvatic Málaga Fest. El público, que no podía apartar la mirada del escenario, cantó los grandes éxitos del artista, como 'Para ti', momento en el que el cielo de Málaga Fórum se llenó de confeti. Con ese clima especial, el músico continuó para dar paso a un instante que quedará en el recuerdo de los asistentes: cantar junto al dominicano 'Burbujas de amor'.
Durante el espectáculo, Juan Luis Guerra prefirió no hablar mucho, más allá de presentar algunas canciones y animar a su público. A pesar de eso, no faltó su voz. Una voz emblemática y característica que han convertido al artista en un referente internacional y ha hecho que lleve más de 30 años sobre los escenarios con una carrera más que consolidada. También ayuda que convierta cada tema en una fiesta nueva. La calidad de sus músicos, así como su complicidad con ellos. Y el respeto a sus fans, que le demostraron su cariño con gritos de «Juan Luis, Juan Luis» y cantando cada uno de sus éxitos.
Como no podía ser de otra manera, el dominicano cerró el concierto con 'La Bilirrubina'. Aunque antes no faltaron himnos como 'Ojalá que llueva café en el campo' o 'Bachata rosa'. Este fin de fiesta fue el culmen: Selvatic Fest unió su voz a la de Juan Luis Guerra para despedir una noche única de música internacional. Un momento en el que no faltó la serpentina, ni tampoco esa sensación de que te gustaría disfrutar durante dos horas más del artista.
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