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CRISTINA PINTO
Lunes, 4 de julio 2022, 00:35
Un domingo multicolor en la plaza de toros de La Malagueta. Todas las tonalidades posibles estuvieron presentes para cerrar la segunda edición del Brisa Festival ... desde el albero y el tendido malagueño, por donde ya habían pasado desde el viernes grupos y artistas como La La Love You, Seguridad Social, Miss Caffeina, Dorian, Anni B Sweet, Juan Perro, Mikel Erentxun y Danza Invisible. Pero para decir adiós al segundo año de vida de este festival había preparada una noche de chicas con Dry Martina y Amaia y el público lo sabía. Venían preparados para ello. El cambio de la noche del sábado a la del domingo fue abismal: de una media de edad que iba de los 40 a los 60 años a los fans adolescentes del domingo. Aunque había un popurrí de generaciones.
Eran las 20.30 horas de la tarde y aparecía Dry Martina con su vestido rosa al más puro estilo pin-up acompañada por toda su banda. Colores, alegría y mucho baile era lo que llenaba el concierto de la cantante malagueña, como ya suele acostumbrar en sus espectáculos. Rojo, amarillo, azul, verde, naranja... Alguna que otra bandera LGTBI se veía ondeando por la pista del Brisa o en detalles como muñequeras o decoraciones en camisetas. Con 'Plan B' dio Dry Martina sus primeras notas en el escenario del festival, una pista que no dejó de recorrer hasta que terminó el concierto. Instrumentos como las maracas daban el toque personal a la cantante que anunciaba que tenía poco tiempo: «Queremos tocar lo máximo posible», decía al público.
En ese tiempo presentó temas que irán en el nuevo disco que espera sacar próximamente como 'Mentiras': «Vas de duro por la vida, solo son más que mentiras que luego se te olvidan», cantaba Dry Martina. «Parece que está definiendo mi vida amorosa», comentaba desde el tendido Fátima a su amigo. Mientras en el albero, otra de las partes del festival, una pancarta destacaba entre los fans: «¡Quiero mambo!». Pues dicho y hecho. «Para ese grupo que hay por ahí, hoy es domingo y yo también quiero mambo», exclamaba la artista malagueña para cantar 'Tú quieres mambo'.
Al despedirse: 'Málaga, al son de la buena vida', un himno a los encantos de la ciudad que muchos del público cantaron y bailaron. Y desde la Costa del Sol directos a Navarra, concretamente a Pamplona, ciudad natal de la siguiente artista que estaba por llegar al escenario de La Malagueta. Alberto llegaba desde Córdoba solo para ver hoy a Amaia -aunque confesaba desde la pista que antes había aprovechado para ir a la playa- estaba nervioso y faltaban solo diez minutos para que empezase. Más tranquilo estaba Jerónimo Martín, que esperaba sentado porque había ido a acompañar a su hija Lucía, que estaba entre las primeras filas para no perderse detalle de la cantante pamplonica.
La locura inundaba a los fans que estaban esperando tanto ese momento. Del rosa de Dry Martina al blanco de Amaia. Del pin-up de la malagueña a la ternura de la pamplonica. Ella, ganadora de la edición de Operación Triunfo en 2017, a pesar del tono neutro de su pantalón de campana y top ceñido, también era multicolor por las tachuelas que llenaban su traje y que reflejaban todo el arcoíris. Como las sombras de purpurina rosa que hacían un guiño al colorido.
«Ay... Muchas gracias, tenía muchas ganas de venir. Es mi primer concierto en Málaga», confesaba Amaia para enfurecer al público. Pero de la furia se pasaba rápido a la tranquilidad con la dulzura de la artista, angelical como el blanco de su traje. «Hay una luz muy bonita justo para la canción que viene ahora», anunciaba Amaia cuando empezaba a anochecer en Málaga para cantar 'El relámpago'.
Magia. Lo que hacía la cantante con su voz era algo mágico. Ya había oscuridad en La Malagueta y los grandes aros de luz que decoraban el escenario se encendían para ir jugando con la música. Tocaba una parte del concierto al piano con temas como 'Pesimista'. Incluso hizo un guiño a Danza Invisible versionando el famoso estribillo de la banda malagueña que en este festival celebró su 40 aniversario: «Labios de fresa, sabor de amor...», entonaba la pamplonica.
«Ahora viene la parte movidita», advertía Amaia. Y su larga melena se movía al ritmo de sus caderas: «Si os la sabéis cantadla conmigo», invitaba al público malagueño a entonar 'Yo invito'. Después de saltos y bailes, 'La canción que no quiero cantarte' cerró el conciertazo. «Si quieres ser mi amigo, cómeme el higo», chillaba el público la letra junto a la cantante. Vaya cierre del Brisa Festival. La noche de chicas y la música multicolor no defraudó.
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