'Reverbville', el refugio musical de Conde

Un disco que saldrá a la calle en formato físico después del verano y que ya ha presentado sobre los escenarios en la sala Velvet de la capital y en el ciclo MaF organizado por el Festival de Cine de Málaga. Con este trabajo volverá a subirse a las tablas de Velvet Club el 18 de junio junto a Alfon López, en una velada que se completará nada menos que con la actuación de Javier Corcobado.

Conde ha compuesto todos los temas de 'Reverbville' y maneja un sinfín de instrumentos, tal y como explica el propio autor: Empleé en la composición y escritura de todos los temas poco menos de un mes, fue sorprendentemente rápido. La grabación ha sido otra cosa, grabar gran parte del trabajo yo solo ha hecho que sea más extensa en el tiempo, en mezclar invertí un par de meses y en grabar algunos más. He tocado bajos, guitarras, percusiones, teclados, glockenspiel, cítaras, banjos, ukeleles, lap steel guitar y un montón de cacharros, desde el bowl tibetano hasta el theremin y por supuesto las voces. Me lo he pasado muy bien construyendo este embrollo.

Es el primer trabajo discográfico de Conde en solitario, aunque el músico no ha estado solo en este proyecto musical, que en sus presentaciones en directo utiliza proyecciones para transmitir mayor número se sensaciones. En este sentido, señala: La grabación ha sido muy relajada, ya que lo hacía todo en mi pequeño estudio y no había ninguna presión de tiempo. Gran parte del disco lo he grabado yo solo, aunque me han echado una mano Claudio Tamer con las baterías, Frank Mora con el contrabajo, Francis Barba con la pedal steel guitar y alguna guitarra eléctrica, y sobre todo Israel Calvo, que se ha hecho cargo de muchas de las guitarras del disco. La verdad es que ha sido una grabación relativamente lenta, pero muy tranquila. Mi viejo compinche Pachi García 'Alís' le dio el toque mágico en el mastering e hizo que sonara estupendamente.

El proyecto 'Reverbville' nació, tal y como recuerda Francisco Eduardo Conde, de una manera casual: El nombre apareció en mi mente sin ni siquiera haber compuesto una sola canción, dentro de mi cabeza empezaron a surgir las calles, los edificios, el puerto y los extraños habitantes de la ciudad. Basicamente tenía claras dos cosas, que el disco estuviera basado en el efecto de sonido ('reverb') y que ese mismo efecto de sonido representara el ambiente brumoso que quería darle a la ciudad. A partir de esas premisas me senté a escribir y las canciones llegaron con naturalidad, como si siempre hubieran estado ahí esperándome. Una vez terminada la fase de composición deseché algunos temas que no veía claros y ya estaba ahí delante mí la ciudad, nunca había compuesto un álbum de una manera tan rápida.

En cuanto al complemento literario de esta obra musical, Conde asegura que el proceso es algo más complicado: El libro es harina de otro costal, ya que somos un equipo un poco más grande, será un libro de historias, poemas o cualquier cosa que pueda ser plasmada en un papel, somos varios trabajando en él: Cristina Consuegra (que es la coordinadora), Vicente Ortiz, Alejandro Simón Partal, yo, y alguno más, el trabajo no está cerrado aún, yo he terminado mi relato, pero algunos de los trabajos están todavía en proceso. El libro es independiente, pero complementario.

Ruptura con el pasado

El primer disco en solitario de Conde marca un punto de inflexión en la trayectoria musical del artista, aunque se dejan ver algunas de sus influencias más rockanroleras, tal y como reconoce el músico: Supongo que mis influencias aparecen sin que yo las busque, pero este disco es una ruptura total con el pasado, incluso he cambiado mi tesitura vocal a un tono mucho más grave. He pretendido hacer un disco de rock & roll al viejo estilo con aires de crooner, pero creo que me ha salido una cosa bastante diferente. No es un disco fácil, es muy denso y con muchas capas, con un aspecto emocional muy potente, las letras son las mejores que he escrito nunca. También hay muchas influencias extra musicales, hay mucho cine y literatura en este disco, y sobre todo ello: Elvis Presley, he estado obsesionado con él durante todo el proceso.

Un disco que en sus presentaciones en directo da mucho juego a los músicos que acompañan a Conde: Israel Calvo (guitarra), Alfon López (bajos), Chechu García (batería) y Conde, que se encarga de la voz y las guitarras eléctricas y acústicas. La puesta en escena es bastante oscura, muy nocturna. Las proyecciones aún están en proceso, pero tampoco las llevaremos a todos los conciertos, están diseñadas casi exclusivamente para salas de teatro, indica.

Tras participar en distintos proyectos y grupos como Santos de Goma, el músico se lanza a una carrera en solitario porque afirma que se ha cansado de trabajar en ese formato. El funcionamiento de los grupos está muy bien, pero también tiene cosas malas, sobre todo si uno tiene claro lo que hay que hacer, trabajar slo es en algunos aspectos mucho más complicado, pero te permite un margen de maniobra bastante mayor, de alguna manera eres más libre, al menos en el aspecto creativo. En el aspecto humano seguimos trabajando como si fuéramos una banda al uso, de alguna manera, cuando se juntan unos cuantos músicos tienden a funcionar así, debe ser algo que llevamos en los genes o una manera de protegernos del mundo de ahí fuera.

En lo relativo a la evolución del panorama musical en Málaga, Conde tiene muy claro que ha cambiado tanto como lo ha hecho España en estos últimos treinta años hasta hacerse irreconocible. En este aspecto, apunta: Aunque no atravesamos un buen momento en general y para la música en particular, creo que estamos mejor que antes, los músicos son mejores, los equipos mejores, las salas mejores, todo es mucho mejor técnicamente que antes y es más barato hacer un disco. Por otro lado, el talento es el mismo que era, escaso, un bien mas que preciado y poco abundante. El público no ha cambiado mucho, sigue siendo muy poco, la gente está más interesada en otras cosas. Creo que Málaga no es muy diferente al resto del país, la pena es qué, aunque hay muy buenas bandas, nunca hemos conseguido crear una escena y eso nos lleva lastrando desde siempre. Pero sigo siendo optimista, el futuro será mejor, sin duda, sentencia el autor de 'Reverbville'.