Muere James Randi, el mago que desenmascaró a Uri Geller
El escapista, que asesoraba a la revista 'Nature', también deja huérfanos a ilusionistas y científicos
LUIS ALFONSO GÁMEZ
MADRID.
Viernes, 23 de octubre 2020, 00:09
Su vida giró alrededor del engaño. «Soy un mentiroso, un tramposo, un charlatán», advertía James Randi el principio de sus actuaciones. Escapista y mago, durante décadas maravilló al público liberándose de camisas de fuerza colgado por los pies, haciendo levitar a sus ayudantes, leyendo las mentes y replicando fenómenos paranormales. Hasta que se jubiló. Entonces, se dedicó a desenmascarar a los charlatanes que dicen tener poderes sobrenaturales. «No hay nada mejor que un ladrón para atrapar a otro ladrón», decía El Asombroso Randi, que murió anteayer a los 92 años.
«Randi, Randi, Randi, Randi. Es increíble lo mucho que te echo de menos. No imagino que este sentimiento vaya a desaparecer nunca. Randi», lamentó Penn Jillette, la mitad grande del dúo mágico Penn & Teller, en Twitter al enterarse. «Lloro a James Randi, mago de clase mundial, némesis bienhumorada de doblacucharas, espiritistas y otros charlatanes», escribió el biólogo Richard Dawkins.
James Randi nació bajo el nombre de Randall James Hamilton Zwinge en Toronto (Canadá) el 7 de agosto de 1928. El mayor de tres hijos de un ejecutivo de una compañía telefónica, se educó en casa y sólo fue a la escuela para examinarse. Cuando un accidente de bici le inmovilizó durante meses, se volcó en la lectura de libros de prestidigitación y con 17 años dejó el instituto y se unió como mago a un grupo de feriantes.
Especializado en mentalismo, en los años 50 y 60 El Asombroso Randi era ya una estrella. Entonces llegó Uri Geller. Cuando en 1973 el israelí fue de invitado al 'show' de Johnny Carson, este pidió consejo a Randi para evitar ser engañado. El mago le recomendó que, bajo ningún pretexto, dejara a Geller tocar ni los cubiertos que tenía que doblar, ni los relojes que debía arreglar, ni nada. Carson siguió las instrucciones al pie de la letra, y el 'dotado' no hizo ningún prodigio. «Fallé delante de 40 millones de personas», admitió después. A partir de ese momento, desenmascaró en la tele a individuos que decían comunicarse con seres de otros mundos, mover objetos sin tocarlos, operar con la mente y curar enfermedades. En 1974, fundó con sus amigos Isaac Asimov, Carl Sagan, Martin Gardner, Ray Hyman y Paul Kurtz el Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones Paranormales, actual Comité para la Investigación Escéptica.
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