Miguel Trillo hace un ‘remake’ de la movida

Así, ‘Miguel Trillo. Doble exposición’ revisa las dos primeras series del autor –‘PopPurrí. Dos años de música pop en Madrid’ (1982) y ‘Fotocopias. Madrid-London’ (1983)– para traer al presente tecnológico las instantáneas tomadas entonces. «Las imágenes cuentan la mismas historias, pero con la tecnología actual, en ese sentido, es como el ‘remake’ de una película que respeta el argumento, pero emplea los recursos técnicos de ahora», esboza Trillo (Jimena de la Frontera, Cádiz, 1953) sobre el proyecto que ocupará el centro madrileño hasta el próximo 22 de octubre.

Además, Trillo se detiene en la vinculación de sus primeros proyectos con Málaga, ciudad donde se crió y a la que sigue muy vinculado. «Málaga fue la primera ciudad a la que viajaron ambas exposiciones nada más estrenarse en Madrid. PopPurrí es una serie sobre el público que asistía a los conciertos que se vio por primera vez en enero de 1982 en la Galería Ovidio y un año después, Tecla Lumbreras la llevó al Taller 7/10. Con ‘Fotocopias’ fui el primer fotógrafo en protagonizar uno de los programas de ‘La Edad de Oro’ de Paloma Chamorro en Televisión Española y ya en junio del año siguiente, la muestra también viajó a Málaga, en este caso a la Sala de la Diputación Provincial, también de la mano de Tecla», rememora Trillo.

‘Miguel Trillo. Doble exposición’ está comisariada por Juan Albarrán y se detiene en la singular manera en la que Trillo reivindicó y presentó su trabajo en torno a ‘rockers’, ‘mods’ y punkis. «Esta muestra pretende recontextualizar el desarrollo del trabajo de Trillo en la cultura fotográfica madrileña, que experimentaba importantes transformaciones entre mediados de los setenta y mediados de los ochenta, periodo en que el fotógrafo sentó los cimientos de su proyecto artístico», detallan desde el CA2M.

Unos cimentos que, en opinión del propio Trillo, levantan un edificio creativo que reclama su espacio propio. «Existe un vacío en la historiografía de la fotografía española en la época de la Transición y creo que estas series atienden a ese momento histórico», establece el autor que, no obstante, marca distancias respecto a la etiqueta que lo bautiza como ‘el fotógrafo de la movida’.

«Entonces ya era consciente –defiende Trillo– de que estaba haciendo algo interesante, como así se ha demostrado con el paso del tiempo. Pero dejé todo lo relacionado con la movida en 1985 y mi trabajo ha ido por otros derroteros». Caminos siempre pegados al asfalto y la acera, ya sea en Móstoles o el Tokio, en Alcobendas o en Seúl.