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Martes, 21 de agosto 2018, 00:07
Can Wang se inició en la guitarra flamenca en la academia de Alberto Cuéllar en Pekín. «Yo estaba fascinado con el toque de Pepe Romero y Paco de Lucía. Quería aprender, quería aprender. Necesitaba dominar el compás, el ritmo y la armonía. No me costó demasiado. Alberto es un tío granadino que enseña muy bien», elogia el joven chino. En poco tiempo ya apuntaba maneras y lo mismo le sucedió con el idioma: «En dos meses ya controlaba lo esencial del castellano, lo justo para defenderme en España». Ahora tiene acento sevillano, un corte de pelo moderno y algunos kilos más. «¡Es que soy feliz en Andalucía! ¡Me gusta todo!».
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