Manolo Alcántara: «En el circo tenemos cuatro ayudas que son como cuatro migajas»
Galardonado hace unas semanas con el Premio Nacional de Circo, el artista catalán llega al Teatro Cánovas con su última creación, 'Déjà Vu'
cristina pinto
Jueves, 11 de noviembre 2021, 00:49
El miércoles 20 de octubre, Manolo Alcántara recibiría un galardón especial justo en la temporada que cumple sus bodas de plata –25 años– sobre los ... escenarios como artista circense. El Premio Nacional de Circo 2021 es suyo, aunque Alcántara reconoce que de esta forma ve «gratificado el esfuerzo, aunque el verdadero premio es que haya trabajo». Pues con su último trabajo, 'Déjà Vu', el artista catalán aterriza este fin de semana en Málaga, concretamente en el Teatro Cánovas, donde el sábado y el domingo estará en escena para plantear la duda: ¿Sueño o realidad?
–¿Sus primeros recuerdos con el circo?
–Los de la infancia, como tantos niños... Cuando venía el circo al pueblo y montaban la carpa nos despertaba mucha curiosidad ir a ver a los animales. Pero asimilándolo a mi persona fue en el Festival Tárrega, donde con 23 años tuve un amor a primera vista. Ese fue el punto de partida. Luego, los inicios llegaron en las plazas con cuatro amigos, que éramos literalmente cuatro gatos haciendo malabares y aprendiendo de algunos libros que encontrábamos. Empecé de forma aficionada pero con muchas ganas y pasión, que si no las pierdes, las vas alimentando hasta llegar al trabajo y la profesionalidad. Hasta llegar a día de hoy.
–Hasta hace unas semanas, que le dieron el Premio Nacional de Circo, ¿qué supone ese reconocimiento?
–Es como ver gratificado todo el esfuerzo. Es un reconocimiento a este trabajo en el que este año cumplo ya los 25 sobre el escenario. Empecé queriendo ser el mejor malabarista del mundo y ahora en mi trabajo la técnica queda un poco escondida, no es que no me interese, es que la escondo por el tipo de espectáculos que yo hago: más personales, intuitivos... Yo que he sido autodidacta y este premio lo tomo como reconocimiento a toda la carrera, no a un año bueno. Y me hace mucha ilusión, algo que hay que alimentar y cuesta en este oficio en el que estamos a pico y pala... El circo es el patito feo de las artes escénicas, tenemos cuatro ayudas que son cuatro migajas, el resto sale todo de nuestras espaldas y del dinero que nos arriesgamos en cada proyecto. Aunque es verdad que con este premio la agenda se ve más nutrida y, al final, ese es el verdadero premio, que haya trabajo. Tengo ganas de estar otros 25 años.
–Dice que el circo es el patito feo...
–Es que seguramente si vas a la danza o al flamenco, que están respaldados en España, también se quejarán, pero la diferencia en recursos que apuestan por uno o por otros es abismal. En ese sentido somos el patito feo, en cómo nos tratan las instituciones, tenemos muy poco soporte. Yo hablo del circo contemporáneo, que es el que más trabajo. Después está el tradicional, que se me queda un poco más desconocido... Pero hay muchos en el sector que están haciendo de todo para poder seguir con el circo, para coger espacios en las salas o en las carpas, o en la calle... Por eso somos el patito feo, no nos cuidan y eso es una relación directa con la calidad. Si tienes ayudas harás mejores cosas, necesitamos ayudas para poder seguir saliendo a España y fuera de España. Los valores culturales hay que cuidarlos, al final la cultura es como un boomerang, lo que apuestas por ella te lo devuelve.
–Ese circo tradicional que recordaba de pequeño, ¿se está perdiendo?
–Sé que tienen muchos palos en la rueda. Como dices, se está perdiendo en el imaginario colectivo, eso es lo que la gente piensa. Y entonces dices: 'Joder, qué pena que se pierda en vez de cuidarlo y mimarlo'. ¿No sería mejor que estuvieran funcionando? ¿Que, aunque sea, una vez al año llegase a un pueblo un circo con un espectáculo de calidad? Pero claro, sin soportes ni ayudas no tiramos para adelante. Este sector se tira mañana y noche trabajando para salir adelante, somos kamikazes del espectáculo, siempre estamos con el riesgo de lo económico. Hay diferentes líneas en el circo, pero todo el circo necesita ayuda para que no se pierda ese patrimonio. Es una lástima que algo cultural desaparezca.
–Como decía antes, Manolo Alcántara entiende un circo no tan técnico, sino más reflexivo...
–No sé lo que me considero ya, porque me he salido de lo que es el circo tradicional. A lo mejor me defino como un manipulador de objetos pesados o como un soñador, o no sé... Hacer números insólitos me gusta mucho. Puedo decirte lo que me interesa ahora mismo del circo, pero no sé de aquí a diez años lo que me va a interesar. Vivo mi carrera como una evolución en la que juegan dos factores: por un lado, mientras yo tenga interés y curiosidad, mi espectáculo irá evolucionando; por otro, hay un factor condicionante que es mi físico, no puedo hacer las mismas acrobacias que cuando tenía 30 años, ahora tengo 51 y eso es una realidad.
–¿Cómo ha cambiado la forma de trabajar en sus espectáculos?
–Busco que siempre estén el morbo y el riesgo presentes. Ese es mi objetivo. Últimamente trabajo en un circo que en vez de tener la máxima de lo más difícil lo tenga de lo más sorprendente. Lo más curioso, lo más insólito, lo más bonito. El riesgo es una base del circo tradicional y al fin y al cabo yo vengo de ahí. Este trabajo de 'Déjà Vu' tiene momentos puntuales donde se comparte el miedo, me encanta eso.
–En 'Déjà Vu' juega con el sueño y la realidad.
–Es un espectáculo dual porque habla de la distancia de lo que es una persona y lo que quiere ser. Y esa distancia es muy grande. Está reflejado entre el sueño y la realidad, que no siempre se corresponden. Plantea al público si quiere seguir con su vida o si la quiere cambiar... Eso es 'Déjà Vu', pensar en lo que soy y en lo que quiero ser. Cuánto más cerca estén esas preguntas, más felices seremos.
–¿Y qué es Manolo Alcántara y qué quiere ser?
–Quiero ser lo que soy. Creo que he cumplido muchos sueños, no me niego a seguir soñando y conseguir más cosas, pero ahora lo que quiero es disfrutar el momento en el que estoy. Es una etapa de mi vida en la que sería muy feliz si tuviera tiempo para disfrutarla. Entonces ahora lo que quiero es un poco de tiempo para estar con mi familia, salir a tomar un café o una cerveza, pasear... Quiero proyectar menos al futuro para proyectar más al presente. Eso es lo que quiero ser.
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