Málaga a trazos: Miraflores de los Ángeles

Luis Ruiz Padrón

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Domingo, 3 de febrero 2019, 00:15

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Hay dibujos cuyo resultado resulta diferente al previsto en origen. El que encabeza estas líneas, por ejemplo, pretendía inicialmente mostrar una panadería de barrio, pero la llegada del camión del butano forzó un súbito cambio de planes; la atronadora aparición no sólo eclipsó las voces que hasta entonces animaban el vecindario sino que, además, se apropió del campo visual del dibujante. Y es que una encrucijada de calles como ésta propicia un remanso en el que los vecinos se detienen a charlar –con un acento, por cierto, que parece imbuido de una calidez mayor que el de distritos más céntricos– pero también ofrece un trozo de asfalto en el que los repartidores de butano pueden detenerse y lanzar su ruidoso reclamo o en el cual el tapicero ambulante publicite sus servicios, decibelios mediante. «Servicio a domicilio: tresillos, butacas y descalzadoras», pregona la megafonía. Que dichos registros sonoros contribuyen a caracterizar este espacio puede ser corroborado por quienes habitan los pisos altos, sin necesidad de que el relato audible desde sus sillones necesite confirmación visual. Porque, como decía el canadiense Murray Schafer, quien acuñó el concepto allá por los años 60, «un paisaje sonoro consiste en eventos escuchados y no en objetos vistos».