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LA NUBE DOBLE

Fanaticada triste y aliviada

Lunes, 8 de diciembre 2025, 01:00

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La retirada de TVE del Festival de Eurovisión ya ha sucedido y todo el mundo sabe cómo ha sido. Lo dijimos cuando mayo era por ... mayo: el «sostenella y no enmendalla» de la UER hacía presagiar que esto acabaría pasando. Hace dos ediciones la realización ya tuvo que acallar los abucheos al productor de la gala, y ese mismo 2024 a Países Bajos le cancelaron a última hora por motivos no aclarados y a la representante irlandesa le censuraron mensajes en apoyo de Palestina. En la última edición los comentaristas de TVE se refirieron con humanidad a las miles de muertes provocadas por la ofensiva anti Hamás de Israel. Pero la UER se molestó, oh, y en la final La 1 tuvo que recordar, rótulo mediante, que frente a los derechos humanos el silencio no era una opción. La incoherencia de lo que la UER hizo con Rusia, apeada de la fiesta por la guerra en Ucrania, y no hace con Israel, país de origen del principal patrocinador del concurso, ay, es palmaria. El chanchulleo del voto popular y su uso como ventana propagandística, donde miles se jactaron de votar sin haber oído las canciones, ya estuvo a punto de llevar a pique a Eurovisión. Ahora, de cara a su 70 edición, afronta una crisis simbólica de reputación con la marcha también de Irlanda, uno de sus ganadores clásicos, Países Bajos y Eslovenia. La fanaticada eurovisiva española, que es como la RAE prefiere llamar al «fandom», está triste pero aliviada. No por eludir un enésimo último puesto como achacan los jocosos e hilarantes 'haters', sino porque la decisión es más que correcta, comprobada la adulteración desenmascarada de un evento muy orgulloso de usar el lema «Unidos por la música». Que haya política detrás de Eurovisión no es noticia, pero que haya países que se vayan de rositas y hagan de su capa de avasallamientos un sayo de lentejuelas, por ahí no. Al menos a los fanes patrios les, nos queda la honra sin barcos, el sarao de Benidorm, a Gonzalo Pinillos en el Junior y, claro, el nostágico y emocional reencuentro de Amaia y Aitana en 'OT25', que no es lo mismo pero mola tanto.

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