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Ir a un espectáculo de La Fura es eso. Un espectáculo. Después de décadas de ruptura y performance teatral llevada al extremo, el estilo de ... la casa imprime carácter, aunque poco más sabíamos de su nuevo espectáculo, 'Sons: ser o no ser', al tratarse de una presentación europea. Bueno, el título también nos decía que íbamos a ver un 'shakespeare', aunque en versión furera. Y en eso no decepcionó el nuevo montaje de la compañía catalana que, en coproducción con el Teatro Cervantes, estrenó este miércoles en Málaga una pieza inmersiva apadrinada por Carlus Padrissa, uno de los fundadores de este proyecto escénico con más de cuatro décadas de vida y al que durante la representación te encuentras entre el público. Muy atento a todo lo que ocurría por el escenario que se extiende de las tablas a la puerta de entrada al recinto, interviniendo incluso en el espectáculo y riéndose con sus actores en las escenas cómicas. No, esta obra se sale del guion, del libreto, para ser (o no ser) un espectáculo en toda regla.
Título: 'Sons: ser o no ser'
Dirección artística: Carlus Padrissa (La Fura dels Baus)
Elenco: Quico Torrent, Tamara Ndong, Guillermina Brandauer y Ferran Plana junto a los intérpretes procedentes de la ESAD de Málaga Pablo Leyva, Alba Maro, Belén Hernández y Teresa Escobar
Lugar y fecha: Sala Bodegueros 38, hasta el domingo 1 de junio de 2025
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Al argumento 'shakesperiano' le podemos dar todas las vueltas que queramos, pero eso no fue lo importante de la puesta en escena de este 'Hamlet' y su venganza. Su tragedia fue más bien la excusa para un ejercicio de teatro, danza acrobática y hasta circo que rompe las convenciones estéticas para hacer sentir al público y convertirlo en parte de la escenografía, con actores que te rodean, te miran a los ojos y hasta te tocan. Con muertos que salen de ataúdes, luchas de bidones de plástico entre los espectadores, una fantásmagórica ofelia volando sobre nuestras cabezas o ese 'ser o no ser' del protagonista interpretado de forma agobiante desde el interior de una bolsa de plástico gigante, como las que se compran para guardar la ropa de invierno y sacarle el aire para que quede al vacío, a modo de útero.
Un clásico revisitado para hablarnos del consumo, la hiperconectividad que nos desconecta, el medio ambiente, la mentira, la cobardía y la estupidez de los tiempos digitales. «El homicidio de cada día», como dice el texto que acaba por Calderón de la Barca y rimando el ser o no ser con los sueños, sueños son. Pero todo eso no deja de ser el sustrato de ese teatro 360 y provocador que perpetra Carlus Padrissa y su equipo, que explora los límites de lo escénico, pero también de la realidad y de la ficción en la propia obra, con el apoyo de la tecnología: sonido envolvente, vídeo y proyecciones -aunque alguna imagen fallara a última hora-. Amén de los elementos que el espectador también siente, como el agua que cae o el barro en el que se revuelcan los protagonistas y que salpica.
En esa potente propuesta visual y directa está la fuerza de este 'Ser o no ser' con actores por todas partes y diferentes focos interpretativos al mismo tiempo. Así, la sala de ensayos del Teatro Cervantes en calle Bodegueros convertida por primera vez en auditorio con público funcionó para este 'Sons' poligonero que necesita precisamente de grandes espacios diáfanos para atacar al espectador por todos los flancos. Tal vez, una nave incluso mayor le habría dado todavía más posibilidades a este espectáculo expansivo, cuyos actores sientes tan cerca que participas de su derroche físico e interpretativo. Y te hacen sentir su angustia y la de estos tiempos con una propuesta tan radical como furera.
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