Chicano-Picasso: invocación continua
CRÍTICA DE ARTE ·
A Eugenio Chicano dedica esta exposición, a modo de homenaje, la Fundación Picasso. Las obras testimonian el carácter referencial del que gozó Picasso para Chicanojuan francisco rueda
Sábado, 6 de marzo 2021, 13:25
A modo de homenaje al que fuera 'arquitecto' y primer director de la Fundación Picasso Museo Casa Natal (1988-1999), y tras su ... muerte el 19 de noviembre de 2019, esta institución, crucial en la Málaga de las últimas décadas, dedica esta exposición Eugenio Chicano (Málaga, 1935-2019). Esta muestra, además, se inauguró como propuesta central del 'Octubre picassiano' de 2020, ciclo anual nacido bajo su dirección y que festeja, a través de multitud de actividades, el nacimiento de Picasso en ese mes.
En rigor no es ésta la primera exposición en la que se muestra cómo Chicano encontró en la obra y en la figura de Picasso un continuado ámbito de inspiración y un yacimiento del que acarrear materiales/imágenes con las que dialogar e incorporar a su producción. En 1977, en la Galería Malacke, expuso 'Homenaje a Pablo Picasso'. En los noventa generó la propuesta '60 guitarras', una suerte de homenaje en el que recreaba y fabulaba composiciones en las que, hibridándolas con referencias propias, se acercaba al uso de los instrumentos de cuerda que había desarrollado Picasso en las primeras décadas del siglo XX. De hecho, podemos ver en esta ocasión varias de esas sonantas en las que percibimos no sólo los ecos de los bodegones que Picasso realizó en 1919 en Saint-Raphaël, con veladores ante ventanas abiertas a la Costa Azul; percibimos también cómo, gracias al tamaño y los materiales, parece recrear las circunstancias creativas y el talante libre y desenfadado que rodeó a aquellas naturalezas muertas 'picassianas' que, a pesar de su carácter mínimo, se constituyeron en modélicas y origen de recreaciones realizadas por una legión de pintores que en los veinte arribaban al cubismo. Debe destacarse 'Chicano pinta a Picasso', exposición celebrada en 2011, en la Sociedad Económica Amigos del País de Málaga, la cual podríamos considerar un antecedente de la que ahora nos ocupa y en la que, mediante una veintena de pinturas y carteles desde los años setenta, se manifestaba la admiración por Picasso.
Por suerte tenemos muy reciente la dedicación de Chicano a la difusión de la figura de Picasso. Sin embargo, la exposición no sólo ayuda a ver la continua presencia 'picassiana' en la obra de Chicano, o cómo el genio se convierte en una suerte de modelo y patrón, sino que sirve para atisbar el pertinaz ejercicio de invocación y defensa que realizó de él a distintos niveles y desde joven. No debemos olvidar que por entonces la figura de Picasso se encontraba marcada por la desconfianza y recelo de un régimen contra el que se había situado el artista malagueño. 'Ligarse' a él suponía manifestar un posicionamiento. La dimensión simbólica de Picasso, en clave política, bajo la máxima de que no hay estética sin ética, hubo de ser determinante para un joven comprometido políticamente como lo fue Chicano. Revisar su biografía en relación a Picasso, y no sólo su obra, permite que podamos asignarle la valiosa consideración de «activista 'picassiano'» o «agitador 'picassiano'». Su papel como primer director de la Fundación Picasso Museo Casa Natal, entre 1988 y 1999, viene a 'institucionalizar' ese rol y accede a una modesta pero poderosísima caja de resonancia –la casa natal– en pos de una reivindicación de Picasso desde y para su ciudad natal; todo ello, en paralelo a la configuración de un centro de documentación y estudios, y previo al movimiento que desembocó en la creación del Museo Picasso Málaga y su apertura en 2003.
La muestra, a pesar de lo limitado del número de piezas, ayuda a vislumbrar con rotundidad su dimensión como cartelista. Aquí encontramos algunos ejemplos en los que se incorporaron referencias 'picassianas'. A Chicano debemos reconocerle también cómo vino a estrechar visualmente el vínculo entre la imagen de Picasso y la de su ciudad natal; si lo prefieren, a tamizar y proyectar la ciudad a través de la obra de Picasso o a redefinir parte de la imagen o identidad gráfica de Málaga mediante Picasso. Urge señalar que esto es bien distinto a ese proceso que, definido por Rogelio López Cuenca como 'picassización', ha vivido la capital de la Costa del Sol en relación a la imagen del artista como elemental reclamo. No podemos obviar, en este punto, cómo Chicano también generó, antes de su residencia en Verona y tras su regreso en los ochenta, una interpretación visual de la ciudad, ya fuese en sus numerosos murales, carteles o en series como la 'Suite Málaga', en los que la fisonomía, la memoria, las tradiciones, el acervo cultural y los hijos ilustres de la urbe aparecían. El posicionamiento de Chicano ante Picasso fue el de hacer por entender el 'pensamiento en imágenes' y el 'modus operandi' de éste para proceder como él, que es mucho más que pintar como aquél. Su actitud no era la de copiar(lo) sino la de recrear su predisposición, disposición y resolución ante la pintura. De este modo, en la obra de Chicano nos resultan familiares, en clave 'picassiana', el encuentro tanto entre lo culto y lo popular como entre la poesía/literatura y la plástica. También lo es el compromiso, usando la producción artística, en un claro ejemplo de la unión arte-vida, como testimonio y altavoz de algunas problemáticas sociales y acontecimientos oprobiosos. Pero, ante todo, y lo que viene a ser la médula y fin último de esta exposición, lo que apreciamos es el diálogo que mantiene Chicano con la historia del arte, personificada en Picasso, al cual tomaba como su interlocutor. El joven pintor no dejaba de hacer aquello que definió al maestro: la continua paráfrasis del arte anterior, la apropiación y la reformulación de esas imágenes que, en muchos casos, adquirían 'nueva vida' o sentido en contextos y tiempos distintos. Chicano, en su apropiación de Picasso, como de tantos otros registros culturales –no olvidemos la amplitud de su quehacer que queda fuera de esta entrega circunscrita a lo 'picassiano'–, se incardinaba en un comportamiento propio de la condición posmoderna, avanzada, en parte, por Picasso, con su sistemática relación con la historia del arte, así como con los homenajes a artistas –en ocasiones metafóricos 'duelos'–. Actitud ésta que se hizo aún más evidente a partir de los años cincuenta con sus 'Grandes series'.
En cualquier caso, advertido lo anterior, la asunción de lo que representa su figura y su vastísima creación hizo que la imagen de Picasso, su biografía y su obra se convirtiesen en motivos que trasladar a series de dibujos y grabados dedicadas a él, a la cartelería, a la arquitectura efímera o a sus lienzos. Todas ellas trasminan un profundo respeto y un uso pertinente de esos iconos. Sus dibujos de los setenta están cargados de fe inquebrantable en el compromiso político del maestro y de ternura ante su infancia. Sus guiños 'picassianos' son certeros y efectivos en los carteles, justo lo que necesita ese medio. Y profundamente sensuales y libres sus evocaciones arquitectónicas de La Californie, que arropan la visitación 'chicanesca' de bodegones históricos.
Eugenio Chicano: 'A Pablo Picasso, dedico'
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La exposición Cerca de medio centenar de piezas, realizadas desde 1977 a 2013, y entre las que encontramos pintura (acrílico sobre tela), dibujo (carboncillo, tinta y aguada, lápices de colores, rotuladores), cartel, cerámica, obra gráfica y distintos documentos (catálogos, invitaciones, recortes de prensa y fotografía)
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Comisario Rafael Inglada
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Lugar Fundación Picasso Museo Casa Natal. Plaza de la Merced, 13, Málaga
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Fecha hasta el 30 de mayo de 2021.
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Horario lunes a domingo, abre a las 9.30h. y el cierre se sitúa en función a las restricciones horarias por motivos sanitarios.
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