El Centro Pompidou propone abrir los ojos para descubrir la colección para celebra sus diez años en Málaga
La institución parisina propone un repaso al siglo XX con obras de Paul Klee, Jackson Pollock, Louise Bourgeois, Marina Abramovic y Marcel Duchamp
Hace apenas tres meses, el Centre Pompidou de París y Málaga renovaban su alianza con forma de museo bajo el cubo del Muelle Uno por ... otros diez años más, a la par que inauguraban una gran exposición dedicada a Kandinsky. Ahora ha sido el turno de la colección semipermanente que, como cada año y medio, se ha vuelto a renovar por completo con los fondos del Museo Nacional de Arte Moderno francés con obras maestras de grandes autores, caso de Paul Klee, Jackson Pollock, Louise Bourgeois, Marina Abramovich y Marcel Duchamp, pero también con piezas icónicas y provocativas en la no pasa desapercibida una pequeña lata etiquetada con el sonoro título 'Merda d'artista' ('Mierda de artista', 1961). Una sugerente y gamberra propuesta de Piero Manzoni que mete el dedo en el ojo del espectador, que es lo que pretende esta nueva colección que precisamente se titula 'To Open Eyes' ('Abrir los ojos'). Para celebrar esta renovación, la entrada será gratuita tanto este jueves , como el fin de semana (sábado y domingo).

Los presuntos excrementos en conserva del italiano están al principio del recorrido expositivo casi como una declaración de intenciones. No obstante, el espíritu de esta sexta colección semipermanente que llega desde París a Málaga está inspirada en realidad en el artista y profesor alemán-estadounidense Joséf Albers que aseguró a sus alumnos que el cometido del arte era «aprender a ver». Y bajo esa advocación profana, el Centro Pompidou se propone que abramos los ojos con un recorrido marcado por los artistas, sus miradas y su manera de descifrar la vida que van desde los postulados del más veterano, el suizo-alemán Paul Klee, a las esculturas metálicas de la más joven, la francesa Caroline Mesquita. Más de cien años de historia y presente del arte entre ellos.
«Casi un siglo después, la frase de Albers no ha perdido su vigencia; el arte nos puede enseñar a ver de otra forma un mundo que en efecto se ha vuelto demasiado complejo», ha asegurado este jueves Valentina Miomas, que ha comisariado 'Abrir los ojos' «a cuatro manos» junto a Anne-Charlotte Michaut con el objetivo no poco ambicioso de ver la realidad a través de la ventana de los cuadros, pantallas, esculturas o instalaciones. En este último grupo milita la gigantesca 'Lingering nous' ('Permaneciendo en nosotros'), en la que la coreana Haugue Yang usa decenas de persianas venecianas de colores a modo de abanico bajo una luz fluorescente y fría de supermercado. Elementos cotidianos travestidos en arte.
La pala de Duchamp
Esta selección de obras «activan la mirada y la perspectiva del espectador, por lo que hemos dejado que las obras sean las que se expresen», ha explicado Michaut sobre una colección semipermanente que se exhibirá hasta el próximo 31 de enero de 2027 y que se estructura en seis bloques. El origen del recorrido, 'Iconos/Signos', está marcado por el arte abstracto o conceptual como renovador de la idea misma de arte y aquí encontramos desde una obra del propio Albers, gran gurú de esta renovada colección, a la simbólica pala de Marcel Duchamp que se limitó a comprar el objeto y ponerle su nombre, o la mencionada 'Mierda de artista' que cuestiona el mundo del arte y lleva hasta la parodia si todo lo que produce un creador tiene calidad.

En 'Cuerpos/Colores', las comisarias cuestionan la representación habitual de la mujer dando voz a la obra Judy Chicago y Friederike Pezold, mientras en 'Gestos/Huellas' destaca el expresionismo abstracto de Jackson Pollock o la mirada escénica y provocadora de los vídeos de Marina Abramovic con una antología de performances. La pieza que sirve de cartel a la nueva colección, 'Cape Count', de Caroline Achaintre, la encontramos en 'Espiritualidades/Sincretismos' para recordarnos que tenemos que abrir los ojos con una obra textil que recuerda una máscara mexicana, mientras que las idas y venidas de la arquitectura y el arte protagoniza 'Ficciones/Proyecciones', donde conviven la estética futurista de Olivier Mourgue, el 'space art' de Kiki Kogelnik y las esculturas de la benjamina de la muestra, Caroline Mesquita.
La gran sala del museo sirve de cierre a este recorrido con las propuestas más potentes desde el punto de vista escénico reunidas bajo la denominación 'Espacios/revelaciones' donde las persianas de la coreana Yang dejan ver la contundente obra de Louise Bourgeois, cuya icónica araña presidió hace unos años el patio del Museo Picasso y ahora convierte un depósito de agua gigantesco de un edificio de Nueva York en una habitación en la que nos asomamos a una angustiosa visión de la mujer y del propio mundo de la autora con la representación de un parto a través de esos 'Líquidos preciosos' del título. «Esta exposición destaca por el diálogo que se establece entre artistas de diferente procedencia y diferentes épocas», ha cerrado las comisarias.
La reciente renovación por otros diez años más del Pompidou en Málaga también ha estado presente en la rueda de prensa de presentación de la nueva colección semipermanente, que está patrocinada por Fundación 'La Caixa'. El propio alcalde, Paco de la Torre, las comisarias y la directora de producción del Centre Pompidou, Claire Garnier, se han referido a esta larga colaboración entre la institución expositiva y «una villa que ha sabido apostar por el arte contemporáneo y moderno», como ha definido a Málaga la máxima representante parisina.
Además, el 'reseteo' de los fondos de Málaga se produce en un momento estratégico en el que la ciudad pasa a cobrar todavía más protagonismo como escaparate del Pompidou en el mundo ante el inminente cierre de la sede de París en septiembre y el comienzo de las obras de rehabilitación del cuartel general en enero de 2026, que se desarrollará durante cinco años. Una palabra, 'cierre', que evitan desde la institución francesa que prefiere hablar de «metamorfosis», como ha dicho Garnier. Lo que sí ha admitido la responsable es que la «asociación» con Málaga, que fue el primer Centro Pompidou fuera de Francia, «sube en importancia» al ser el destino de una valiosísima colección que en los próximos años va a «circular» todavía más para llegar «a todos los públicos posibles». Un camino conjunto que la francesa ha remachado con un «larga vida a este patrocinio» con Málaga.
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