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Enrique Brinkmann (Málaga, 1938) presenta este miércoles una nueva exposición. José Ramón Ladra
Brinkmann: la pintura es cuestión de tiempo

Brinkmann: la pintura es cuestión de tiempo

El veterano artista malagueño inaugura este miércoles en Madrid una exposición de su obra reciente

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Miércoles, 8 de enero 2020, 00:39

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Defendía John Berger que la pintura es «el arte que nos recuerda que el tiempo y lo visible nacieron juntos». Lo visto y lo vivido como dos caras de una misma experiencia surgida «en la mente humana» y, de ahí, cristalizada en algo capaz de retener ese tiempo pasado ante la mirada. Un archivo. Y es justo esa palabra, 'archivo', la que ahora repite con frecuencia Enrique Brinkmann para referirse a su obra reciente. No 'cuadro', 'obra', 'lienzo' o 'pieza'. No. Brinkmann habla de «archivos» para aludir a las obras que desde hoy presenta en la Galería Freijo de Madrid y en las que indaga en las posibilidades de un nuevo material: el contrachapado.

Nuevos soportes y nuevos bautismos reunidos en la exposición 'Archivos cromáticos', cuyo nombre alude, justo, al afán de Brinkmann por encapsular el tiempo en el espacio de sus obras. De ahí estos «archivos» como referencias a su larga vida como pintor. «El archivo es un resultado del trabajo en el tiempo. Esta muestra introduce al espectador al universo plástico en el que ahonda el autor a lo largo de todo su camino artístico«, esbozan desde la sala madrileña, donde Brinkmann ofrece un nuevo hito plástico en su larga travesía artística.

«El tema de las mallas llegó a su límite. Me pasa siempre: llega a un punto en el que siento que lo he resuelto y no me gusta estar repitiéndome. Además, me vienen nuevas ideas y me gusta ponerme a ellas«, ofrece Brinkmann (Málaga, 1938) desde su residencia madrileña sobre el soporte que ha marcado su obra en los últimos años: la malla metálica. Pero eso ahora parece superada como una etapa más en la amplia y prolífica trayectoria artística que ha llevado su trabajo a las colecciones del MoMA neoyorquino, el Museo Albertina de Viena o el Centro Nacional Centro de Arte Reina Sofía, entre otras instituciones.

Clave del arco de aquella Generación del 50 que transformó las artes plásticas realizadas desde Málaga a mediados del siglo pasado, Brinkmann enfila un nuevo recodo en su camino creativo: «Esta nueva forma me trabajar tiene muchas posibilidad de cambio. Puedo poner una tabla con un tratamiento de color muy concreto y la de abajo, muy distinta. Imagine, por ejemplo, lo que puede hacer el British Museum, poniendo en un mismo archivo cinco bajorrelieves asirios o cinco textos asirios. Siendo muy distintos, está la coherencia de que todo es lo mismo. Eso me permite que dentro de la coherencia que tiene una obra, el efecto sea muy variado».

Con esa premisa, Brinkmann toma una estructura de hierro y sobre ella va instalando las piezas de contrachapado hasta componer la imagen que anda buscando. «Es un trabajo bastante matérico. Mi pintura en general siempre lo es. Sin embargo, otras piezas son completamente gráficas. Entonces las coloco una debajo de otra. Ese es el contraste que me interesa muchísimo«, sigue el autor sobre las creaciones reunidas en la sala madrileña hasta el próximo 21 de febrero.

De la malla a la tabla

Quien haya seguido la trayectoria de Brinkmann podría caer en la tentación de contraponer la supuesta levedad de las mallas metálicas con la aparente rotundidad de los contrachapados. Y sin embargo, el propio artista declina esa supuesta ruptura para encontrar la continuidad transformadora en su obra: «En las mallas de los últimos años ya no jugaba con la transparencia de la superficie, porque pintaba sobre ella por detrás y por delante. Cubría toda la superficie y era casi como un lienzo. Al poner el color desde la parte de atrás, la textura que me daba era distinta a la realizada desde la parte frontal. Había un fuego entre lo frontal y lo otro, pero en realidad ya estaba todo tupido de color«.

Y esa evolución que encuentra otra premisa en la fidelidad de Brinkmann por los materiales modestos: telares, mallas y ahora, piezas de contrachapado: «Me interesa mucho buscar materiales muy pobres, siempre me ha gustado«. Porque no hacen falta grandes alforjas para viajar en el tiempo, sin salir de una obra de Brinkmann.

La exposición

  • Artista. Enrique Brinkmann (Málaga, 1938).

  • Lugar y fecha. Galería Freijo. C/ Zurbano, 46. Madrid. De martes a viernes, de 11.00 a 14.00 y de 16.30 a 20.30 horas; sábados de 12.00 a 20.00 horas. Hasta el 21 de febrero.

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