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El arte como viaje interior
La Sala Italcable presenta la primera exposición de Manuel Castillo
En los primeros compases la letra surge dubitativa, casi temblorosa. Poco a poco se va afianzando, encuentra el ritmo, el tamaño, la forma. Letras escritas ... a mano, con una tiza escolar de las de antaño, para trazar un mensaje escrito sobre la pared. Una presentación. También una declaración de intenciones que en un momento dado, reivindica: «Lo importante es el viaje». Y justo eso, un viaje, plantea 'Desde cero', la primera exposición de Manuel Castillo, que este miércoles se ha presentado en la Sala Italcable de la capital malagueña. Un viaje de múltiples direcciones y sentidos, aunque podrían resumirse en dos trayectos esenciales: uno tiene que ver con lo introspectivo, con salir en busca de uno mismo para volver y contarlo; mientras que el segundo periplo es más plástico, estilístico, enmarcado en la senda de la investigación hacia una voz propia, un estilo.
Y en ese viaje, el paisaje resulta crucial. Ahí están el mar, el océano, el desierto, incluso el bosque, como representaciones del mundo exterior, de la intemperie cotidiana en la que Castillo inserta, sólo a veces, una casa como metáfora del mundo interior, refugio físico y mental frente a la furia, el miedo y la melancolía. Pero no hay sitio aquí para la pena. Lo recuerda Castillo, cuya obra reunida hasta el próximo 1 de noviembre muestra bien a las claras ese otro viaje, el suyo particular, desde la carga matérica y la tensión que desprenden sus primeras composiciones como 'Origen' o 'Red I', hasta la sobriedad de 'Refugio II' o la propia escultura instalativa realizada con madera de castaño y cuerda que preside el montaje comisariado por RoutArt y realizado en colaboración con la Fundación Unicaja y la Universidad Internacional de Andalucía.
«Más que ser fiel a la imagen del océano o del desierto, he intentado ser fiel a las sensaciones que transmiten esos lugares», comparte Castillo, periodista y director de SUR, mientras pasea por este conjunto de 25 piezas marcadas con una clara vocación narrativa. Un afán por comunicar -empezando, quizá, por comunicarse con uno mismo- que Castillo emprende no a través de la palabra que preside su labor profesional, sino de la mano de la plástica: «He descubierto que con la pintura soy capaz de contar cosas que con la escritura me resulta más complejo».
Porque Castillo persigue que cada cuadro brinde al espectador no una imagen, sino un pequeño acontecimiento. «Detrás de cada obra hay un cuento», desliza. Y ese cuento puede narrarse a partir de la pura pintura, del acrílico hecho relato en el tríptico 'Cuentos de mar' y en 'Furia de mar' (por citar algunos de los ejemplos más poderosos en esta vertiente); puede contarse en la evocadora soledad de 'Lost landscape I' y también asoma en la enigmática serenidad de la pequeña 'Luego allí', que abre una sugerente puerta estética desde el expresionismo inicial hasta la carga conceptual que adivina esta última pieza.
La identificación del espectador
«La aspiración no es pintar una casa, sino que la gente pueda sentirse identificada con esa casa», incide Castillo. Una vocación comunicativa en la que también se detiene el arquitecto Salvador Moreno Peralta en uno de los textos del catálogo de la muestra: «Los acrílicos sobre tela y papel que nos ofrece Manuel Castillo en su primera exposición testimonian la urgencia en decirnos algo pero, ojo, con una resuelta intencionalidad artística, pues incluso la más aparente expresión de lo aleatorio, de lo urgente, de lo espontáneo y lo visceral nada nos comunica si no es mediante el filtro de esa intencionalidad».
Y así, Castillo viaja, sigue viajando, «de la pintura como acto a la ambición de contar». De la deriva tecnológica a la concentración artesana, del ruido del mundo al silencio interior. Silencio, tiempo y espacio. La valentía de parar, respirar y mirar. «La experiencia del desierto es también la escucha, la extrema escucha», sostiene el escritor Edmon Jabès, influencia crucial para Castillo. Y en ese escuchar y escucharse, en ese camino hacia uno mismo para volver y contarlo mediante la práctica artística, la materia deja paso a la idea, la pintura cede protagonismo hasta tender un puente con el que mira. Porque aspira Castillo en su trabajo artístico a «ir avanzando, simplificando». Como en la vida misma.
La exposición
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Título: 'Desde cero'.
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Autor: Manuel Castillo.
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Lugar: Sala Italcable.
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Fecha: Hasta el 1 de noviembre.
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Horario: De lunes a viernes, de 8.00 a 15.00 y de 16,30 a 18,30 horas; sábados, de 10,00 a 14,00 horas.
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