Álvaro Calafat enciende la llama de la semana grande de la moda en Madrid

El Puente Cáscara de Madrid Río sirvió de espectacular pasarela para la familia de la mafia diseñada por la firma malagueña que impulsan Álvaro Calafat y Ana Ponf. Frente a casi 300 invitados y bajo esa gran bóveda de hormigón flanqueada por una cortina de acero, la joven marca hizo una exhibición de fuerza con modelos de estética dura y agresiva. Estampados de diseño propio, enormes cuellos, bordados, pedrería, armaduras, pinchos y otros volúmenes –con su ya característico 3D– dan personalidad a unas prendas de colores potentes, con contrastes y predominio de los tonos oscuros. Entre ellos, no falta el rojo, el símbolo del fuego que da nombre al conjunto. Un desfile concebido como un show al que se unieron como miembros de la 'familia Calafat' los raperos malagueños Delaossa y Easy-S, modelos por un día.

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En total, cruzaron la pasarela 29 'looks' de alta costura con el toque de fantasía propio de la casa, pero sin perder de vista el mercado con un evidente aire 'streetwear'. Estilismos a los que aportaban intensidad las máscaras de luchador, las gorras y también las maxi-gafas de sol de la firma malagueña Laveta Eyewear, un modelo exclusivo en maderas macizas y bioacetato sostenible que combina artesanía, tecnología y diseño.

'Fiamma' es la colección más madura de Álvaro Calafat y Ana Ponf, su regreso a Madrid tras la revolución mediática que supuso su debut hace justo un año en la Mercedes Benz Fashion Week. La frescura de sus diseños y la espontaneidad de sus creadores –ambos menores de 30 años– sorprendieron a una industria, en ocasiones, demasiado encorsetada y políticamente correcta. Con esta nueva propuesta gestada y creada desde un pequeño local en el vivero de empresas de Alhaurín de la Torre, vuelven en solitario y a lo grande para demostrar que aquello no fue flor de un día.

Así lo explica el propio Álvaro Calafat: «'Fiamma' es un Rolls Royce Phantom de color negro, un traje de lana fría de Loro Pianna, accesorizado con guantes turquesa y botas de charol. Es Rojo, negro, Klein, cielo, crudo y naranja. Son cristales de Swarovsky y denim, es técnica y estética. Es éxito. Es mi colección fetiche hasta la fecha (...). Entrar dentro de mi burbuja creativa es muy difícil, ni yo mismo me entiendo a veces y cambio constantemente de opinión, pero este proyecto soy yo. Es lo que me define». Y convenció.