Sike band: De tocar versiones de artistas conocidos a conquistar escenarios

El origen de Sike no se remonta a una gran revelación ni a un casting de talentos. Todo comenzó con Víctor El Hadri, bajista y estudiante de música, Juanma Varela, baterista y Darío Aguilar, guitarrista del grupo, quienes entre clases y tardes de ensayo, intentaban armar, sin mucho éxito, una banda en su instituto. Pero el destino tenía otros planes. «Nos hablaron de una chica que cantaba brutal, Lucía Barone, y decidimos probar. Ahí nació Sike», señala Aguilar.

El 2021 marcó el inicio de su camino. Empezaron tocando versiones de clásicos del rock y el pop noventero. «Debutamos rápido, porque con un repertorio de versiones siempre encuentras dónde tocar», explica Varela. Pero había algo que los inquietaba: la necesidad de encontrar su propio sonido. Desde entonces, han evolucionado hasta convertirse en una banda versátil, con influencias de funk, jazz, hip hop y rock, un cóctel que desafía etiquetas. «No queremos encasillarnos. Si nos sale algo funky, lo hacemos funky. Si nos sale algo más rockero, adelante. La música es libertad», dice El Hadri.

Más allá de los escenarios, los miembros de Syke tienen otras facetas. Lucía Barone, vocalista del grupo y estudiante de Comunicación Audiovisual de la UMA, usa su formación para potenciar la banda: «Muchas veces mis proyectos de la universidad acaban relacionados con Sike. Me organizo para que todo encaje. Y cuando puedo fusionar ambas cosas, salen proyectos impresionantes y que no siempre se hacen en la carrera». Compaginar una carrera universitaria con una pasión musical, puede llegar a suponer un sacrificio, especialmente en épocas de exámenes, donde el horario entre la banda y los estudios, en ocasiones, se mezclan entre ellos. «Lo más importante es saber gestionar el tiempo de manera razonable y aunque parezca una locura, cuando estás haciendo lo que te gusta, siempre hay tiempo de sobra», señala con una gran sonrisa la vocalista.

Sin mánager, ni discográfica, gestionan sus redes sociales, conciertos y promoción. «Nos gustaría contar con ayuda en el futuro, sobre todo para el booking, pero por ahora lo llevamos nosotros», confiesan los miembros de Sike. No obstante, gracias a las plataformas digitales, han encontrado en TikTok un aliado clave, aunque prefieren la calidad sobre la cantidad: «Publicamos lo justo para mantener el interés sin saturar».

El gran punto de inflexión fue cuando dejaron de ser una banda de versiones para lanzar su propia música. «Fue un cambio complicado, porque cuando tocas clásicos atraes a un público más amplio, pero al hacer temas propios, te arriesgas a que no guste», comenta Baronne. Pese al reto, han logrado consolidar su estilo. ¿Cómo componen? De forma casi improvisada. «No tenemos un método fijo. A veces alguien trae una línea de bajo, otras veces Lucía llega con una letra y vamos armando todo juntos. Nos gusta dejar que fluya», explica Varela.

Han experimentado con el inglés y el español en sus letras, buscando un equilibrio que les permita conectar mejor con su público. ¿Y qué esperan cuando lanzan una canción? «Siempre hay miedo a que nadie la escuche, pero confiamos en que, si nos gusta a nosotros, a alguien más también le gustará», expresa Aguilar.

Sike ha pasado de tocar en pequeños eventos a organizar los suyos propios, como el Spicy Fest, demostrando que la autogestión es clave en su crecimiento, y participar en otros festivales como el Brisa Fest este 2025. Ahora, con la mirada puesta en nuevos lanzamientos y conciertos fuera de Málaga, Sike promete seguir sorprendiendo. «Se vienen cositas», adelantan con una sonrisa. Y aunque no sueltan spoilers, dejan claro que empieza una nueva era para la banda. Sike no es solo un grupo de música. Es la prueba de que con pasión, constancia y buenas amistades, los sueños se hacen realidad. Y esto es solo el principio.