La Gran Recogida: una experiencia 'enriquecedora' para los voluntarios de la UMA
«Las personas tras lo que ha ocurrido en Valencia sí empatizan más», afirma Inés Llamazares
Ana Noguerol
Miércoles, 27 de noviembre 2024, 19:37
Mientras que en los supermercados malagueños ya se puede palpar el ambiente navideño con las decoraciones y los alimentos típicos de estas fechas, los voluntarios ... de la Universidad de Málaga (UMA) se preparan para informar a los clientes sobre la Gran Recogida organizada por Bancosol en la provincia.
Estos voluntarios, con sus petos amarillos han estado dispuestos, durante los días 22 y 23 de noviembre, a recaudar la mayor cantidad de fondos posibles para ayudar a las personas que necesitan alimentos, sobre todo en estas fechas que se aproximan.
Mirian es una de las voluntarias en el Hipercor del Bahía Málaga y estudiante de Derecho. Para ella es la primera vez haciendo un voluntariado. «Al principio estaba muy nerviosa porque como es la primera vez que tratamos de esta forma tan cercana con las personas, pues sí que entra el miedo», comentó entre risas. «Pero bueno, hemos tenido la oportunidad de estar hablando con muchas personas y la verdad que hay personas con las que me ha gustado mucho pararme porque se interesan por el tema», finalizó la estudiante de derecho, asegurando que es una experiencia que sin duda va a repetir en los próximos años.
Alumnos de casi todas las facultades de la UMA se han sumado un año más a participar como voluntarios en la Gran Recogida con el fin de conseguir fondos para poder alimentar durante el próximo año a las casi 30.000 personas que recurren a bancos de alimentos. Y además de esto, este año, se suma otro fin más a la campaña, y es que una parte de la recaudación irá destinada a la compra de alimentos para las personas que han sido perjudicadas por la DANA.
«Las personas tras lo que ha ocurrido en Valencia empatizan más y sí que están más dispuestas a donar», comentó Inés Llamazares, una alumna de primer año de Matemáticas y voluntaria en el supermercado de El Corte Inglés de la Avenida de Andalucía.
Para Llamazares es su primera vez como voluntaria en una iniciativa como esta, pero al igual que su compañero, Alejando Montiano, también estudiante de Matemáticas, no duda en volver a repetir el año que viene. «Está siendo una experiencia bastante buena y enriquecedora», comentó Inés Llamazares. «Seguramente repita el año que viene», añadió Montiano.
Alejandro Romero, estudiante de Ingeniería Informática, ha decidido repetir este año en el voluntariado, es su segundo año consecutivo participando en esta iniciativa, y según explica existe un pequeño incremento en las donaciones con respecto al año anterior: «Sí que es verdad que ya la gente conoce más lo de donar dinero, entonces hay un poquito más de gente que confía con respecto al año pasado, pero no mucha», explicó Alejandro Romero.
Desirée, que junto con Mirian se encontraba en el Hipercor del Bahía Málaga, explicaba que aunque existen personas muy agradables y educadas, también se encontró con gente que no responde con la misma educación con la que se le aborda. «A lo mejor le estás hablando y te dan la espalda», aclara. Sin embargo, explica que ella siempre aborda a las personas desde el respeto: «Ya quieran donar o no, se les dice gracias y que tengan un buen día», relató.
Ana Belén Bellido Sanz, otra de las chicas voluntarias, está terminando el grado de Pedagogía, y ha participado en otros voluntariados de la UMA, pero en este es la primera vez que lo hace. «La experiencia me está gustando, pero la gente es muy reacia con el tema de la recogida de fondos», comentaba. Bellido explicaba que al nombrar que se trata de una recogida de fondos y no de una de alimentos las personas no se muestran partidarias. «La reacción normalmente es mala, yo creo que esto se debe a que no están acostumbrados a este tipo de recogidas», aclaró.
Clara Colmenero, también voluntaria y estudiante de Matemáticas, comentaba que para ella es indispensable explicar a los clientes que los bancos de alimentos no solo necesitan legumbres o cosas no perecederas, sino que también necesitan pescado, huevo y carne, y este tipo de alimentos no se puede donar, de ahí que sea una recogida de fondos.
«En general la gente se para», comentó Colmenero, «pero siempre hay gente que te dice que no cree en las donaciones de dinero», continuó. Sin embargo, Clara Colmenero explicó que contaba con los recursos necesarios para contestar a estas afirmaciones gracias a la formación que se les ha dado previamente. «La verdad es que estamos muy contentos con la transparencia que existe y con la formación que hemos recibido en la UMA», aseguró Colmenero.
No obstante, frente a las personas que no participan con la causa, existen otras personas que colaboran de forma desmedida: «Hemos tenido bastantes donaciones, y hay ciertas personas que han hecho donaciones muy grandes», explicó Colmenero. «Además, son las doce de la mañana, y desde que ha abierto el supermercado en tan solo una caja han donado unas 20 personas, estoy muy agradecida», finalizó.
Está claro que las recaudaciones de fondos o las recogidas de alimentos nunca podrían llegar a tener tantas donaciones si no fuera por la ayuda de los voluntarios, y cuando recibieron la llamada de la universidad no dudaron en ofrecerse. «Me llegó un correo de la UMA en el que se explicaba lo de la Gran Recogida de Bancosol, y como ya estuve el año pasado, fue una buena oportunidad para volver a hacerlo este año», comentó Alejandro Romero.
Para los voluntarios, ésta es una experiencia enriquecedora tanto en competencias como en valores, y siempre es otra forma de ayudar que la pueden tomar esas personas que no se pueden permitir donar. «Estoy aquí porque quiero ayudar como puedo», finaliza Alejandro Romero.
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