Un reconocimiento a su pasión por los números

«Siempre he estado rodeado de economía. Mi padre tuvo mucho que ver en que me adentrara en este mundillo», explica. «De pequeño ya sabía que quería dedicarme a algo que mezclara lo analítico con lo social».

Su proyecto, que analiza el papel de los medios de comunicación dentro del marketing y su influencia en las decisiones de mercado, no nació por azar. «Todo empezó cuando trabajaba en agencias. Montamos un proyecto centrado en modelos de contribución, no de atribución», recuerda.

Para explicarlo, recurre a un símil futbolístico: «La atribución es como contar solo los goles. La contribución, en cambio, valora todo: la asistencia, el desmarque, el trabajo defensivo...». Esa idea, que parecía una rareza en su momento, terminó por convertirse en la base de su propuesta.

Su paso por la Universidad también fue clave, aunque sin idealismos: «La carrera universitaria me dio una base, sí. Pero lo que de verdad me enseñó el oficio fue trabajar», afirma. «El marketing es una ciencia inexacta, y ahí es donde entra lo importante: adaptarte y ser creativo».

Uno de los momentos más importantes de su trayectoria fue durante su etapa de prácticas en Publicis. «Fue una de las mejores épocas de mi vida. Llegas con ganas, sin presiones ni vicios adquiridos. Es el momento en que más aportas a una empresa». De hecho, tras su periodo como becario, la agencia decidió contratarlo.

Si se le pregunta por la mejor campaña de marketing, sonríe: «Eso es como la receta de la Coca-Cola», bromea. Pero sí tiene claros sus referentes: «Podría mencionarte a Kotler. Pero mis verdaderos modelos han sido siempre mis padres, mi hermana María y mi abuela».