«La IA es una herramienta muy poderosa pero no va a sustituir a una generación de conocimiento»

El superordenador Picasso es mucho más que una máquina, es el mayor aliado de la comunidad de investigadores. Permite acelerar descubrimientos en campos tan diversos como la biomedicina, la ingeniería o la química. Su objetivo es reducir tiempos, simplificar procesos complejos y ofrecer soluciones que con equipos tradicionales serían prácticamente imposible. «La idea es que nadie en este país y en la Universidad de Málaga se quede sin investigar algo por falta de recursos», explica Rafael Larrosa, director de sistemas y coordinador del superordenador.

¿Y en qué se diferencia de un ordenador? ¿Qué lo hace 'super'? A diferencia de un ordenador convencional, Picasso destaca por su capacidad para manejar enormes volúmenes de datos y realizar simulaciones a gran escala. ¿Un nuevo motor de coche? ¿Un compuesto químico? ¿Una mutación genética? Antes de pasar a la práctica, Picasso permite probar variantes virtuales y analizar resultados en tiempo record, ahorrando dinero, tiempo, esfuerzo y recursos.

Uno de los campos donde esta herramienta está siendo especialmente útil es en la biomedicina. Gracias a ella, hoy es posible analizar mutaciones genéticas en poblaciones enteras, algo que hasta hace poco debía hacerse individuo por individuo, lo que ralentiza el proceso y aumenta los costes. La tecnología avanza a pasos agigantados y ahora es capaz de abordar enfermedades complejas. Una nueva forma de entender el mundo.

Sobre el auge de la inteligencia artificial, los expertos que trabajan con Picasso lo tienen claro. «La IA es una herramienta muy poderosa, pero nunca sustituirá al humano por completo. Necesita de los datos que le proporciona el investigador para aprender y lo más importante, la inteligencia emocional», señala Rocio Bautista, asesora técnica. «Es una herramienta que, bien utilizada, puede complementar el trabajo científico y creativo», concluye la investigadora. Para continuar, Rafael Larrosa expone una opinión parecida a la de su compañera: «Una máquina no va a sustituir a una generación de conocimiento. Una máquina es muy rápida haciendo cálculos y comparaciones, pero no creando ideas».

El nombre 'Picasso' no es casualidad. Como era de esperar, este nombre viene del reconocido pintor malagueño como símbolo de innovación y disrupción. Desde 1997, el Centro Informático de la Universidad de Málaga ha apostado por esta herramienta, que ha evolucionado con el tiempo hasta convertirse en un referente tecnológico a nivel nacional.

Picasso, al igual que el artista, marca un antes y un después en la historia. Solo que, esta vez, en lugar de lienzos y pinceles, lo hace con algoritmos, simulaciones y millones de datos por segundo.