Ignacio Matamala, el parapenaltis de la selección de fútbol de la UMA

«Málaga es una ciudad atractiva. El nivel educativo que tiene es conocido a nivel internacional, además de su accesibilidad en el tema de precios. Venir fue una mezcla de cosas, por lo que representa Málaga y su oferta universitaria», cuenta sobre su llegada a la ciudad. A pesar de la distancia y el cambio de entorno, la adaptación fue rápida. «De las primeras cosas que hice fue integrarme al equipo de la universidad». El portero, que cumple 27 años este 30 de marzo, destaca que, aunque era el único extranjero en el equipo, el fútbol fue el nexo para conectar con todos: «Al final, el fútbol es un lenguaje universal».

Con una sólida trayectoria en el fútbol profesional chileno, Matamala -que estudia el Master en Dirección Estratégica e Innovación en Comunicación en la UMA-, se formó en varios clubes como Deportes Temuco, Inés de Suárez o Deportivo Arica. A pesar de haber dejado el fútbol profesional para centrarse en sus estudios, su pasión por el deporte nunca desapareció. «Mi pasión por el fútbol viene de niño. En Chile hice fútbol profesional, desde las inferiores hasta el plantel profesional. Después dejé de jugar profesional para estudiar, pero seguí jugando en ligas de barrio».

La confianza de sus entrenadores, Jose Zumaquero y Manu Gonzalez, fue clave para su éxito: «Me dieron la confianza desde antes. Tuvimos varios amistosos, donde fuimos alternando. Sabía que iba a jugar y traté de responder a esa confianza con buenas actuaciones». Esa confianza se tradujo en su rol de portero titular en el Campeonato de Andalucía 2025, donde paró un total de seis penaltis decisivos, desde la fase previa hasta la final. En cuanto a sus famosas paradas en penaltis, el apodo de 'Dibu Martínez' surgió entre sus compañeros. «Yo creo que el apodo viene por los penalties, porque tengo ahí un ritual ante los lanzadores para ponerlos nerviosos. También puede ser porque soy sudamericano», comenta Matamala sobre cómo llegó el cariñoso apodo.

«En cuartos paré dos penaltis, en semifinales uno en los 90 minutos y en la final paré uno en la tanda. También, en la fase previa paré dos más», recuerda con orgullo. Gracias a su capacidad de detener penaltis, la moral de sus compañeros aumentó considerablemente. «Yo les decía a ellos que estuvieran tranquilos que hicieran su penalti que yo iba a parar mínimo uno. Reconocer el mérito de mis compañeros, que no erraron ningún penalti en la final para salir campeones».

Al principio del torneo, la meta del equipo era estar en el campeonato andaluz, pero a medida que avanzaban las expectativas fueron creciendo. «Nosotros fuimos paso a paso. Cuando hablamos con Jose y Manu, el objetivo era clasificarse al campeonato andaluz. Ya cuando ganamos la fase previa, nos clasificamos y el siguiente objetivo era clasificarse al campeonato de España. Partido a partido nos dimos cuenta del nivel que teníamos».

Después de ganar el título andaluz, la celebración fue un momento memorable para el equipo. «Estábamos reventados después de los tres partidos. El día anterior nos dormimos temprano y nos mentalizamos. En el bus se celebró bastante», asegura Matamala.

Ahora, con la vista puesta en el Campeonato de España, que se disputará del 8 al 11 de abril en Madrid, el equipo tiene claro su objetivo: «Somos los campeones de Andalucía. Tenemos expectativas también de ser campeones de España. Vamos paso a paso, no nos ponemos presión. Queremos optar a lo más grande y salir campeones de nuevo».

La historia de Ignacio Matamala es la de un jugador que, con humildad, sacrificio y mucho talento, ha dejado una huella en la historia del fútbol universitario malagueño. Y ahora, con su mirada puesta en el futuro, busca seguir demostrando que, como en los penaltis, su objetivo es siempre parar lo que venga para seguir ganando.