Samuel Baeza: El joven escritor que reescribe las reglas de la novela negra

«Empecé a escribir a los 15 años. Leer novelas negras, como las de Carlos Ruiz Zafón, me inspiró a crear algo mío», dice Samuel Baeza con una sonrisa modesta. Su primera obra fue un experimento dentro de ese género que tanto le apasiona. «Diez amigos en un viaje al Cairo, lleno de misterios y exploración. Me interesaba capturar esa diversidad cultural». Pero su camino literario no se quedó en un solo estilo. Con audacia, se aventuró en una novela histórica ambientada en la guerra de Afganistán. «Fue un salto importante. Pasé de 200 páginas en mi primer libro a 750 en este segundo. Narrar 20 años de conflicto desde los ojos de un soldado americano fue un desafío que me hizo crecer como escritor», explica mientras recuerda el arduo proceso de investigación.

De vuelta al género negro, Baeza buscó perfeccionar su técnica. Su tercera novela, 'La ecuación que resuelve el enigma', combina misterio, matemáticas y una trama internacional. «Un catedrático universitario debe resolver una ecuación que desvela no solo una desaparición, sino también otros crímenes conectados», comenta, dejando entrever su predilección por entrelazar acción y reflexión filosófica en sus historias.

Ampliar

La evolución de su estilo no ha pasado desapercibida. «He aprendido a dotar a los personajes de profundidad, para que sean personas reales, no caricaturas. Los diálogos también son clave; ahora sé que necesitan ser más originales y creíbles». Además, Baeza compagina la universidad, la escritura y la promoción de sus obras con una habilidad envidiable. «Suelo programar contenido para redes sociales con antelación. Hoy en día, incluso la IA puede ayudar con textos de promoción. Publico tres veces por semana y aprovecho las herramientas disponibles», detalla.

Publicar no ha sido un camino fácil para él. Tras experiencias variadas con editoriales, reconoce que el mundo editorial puede ser complejo. «La primera vez fue regular, pero de cada error se aprende. Es importante investigar bien las opciones y quizás contar con un agente literario».

A sus 20 años, Baeza ya se vislumbra como una figura prometedora de la literatura contemporánea. Al preguntarle qué busca transmitir a sus lectores, se toma un momento para reflexionar. «No tengo una marca personal definida, pero quiero que mis historias sean originales y cautiven. Los diálogos son esenciales; pueden ser la puerta hacia el corazón de una narrativa».

Su consejo es claro: «Lánzate. Explora el mercado editorial, participa en concursos, pero nunca abandones tus historias. La constancia es clave». Samuel Baeza deja claro que su historia apenas comienza. Entre sus compromisos académicos y sus mundos imaginarios, este joven escritor es una prueba de que la pasión y el trabajo duro pueden abrir las puertas hacia cualquier horizonte literario.