Profesor, músico y Premio a la Excelencia

Su enfoque innovador y cercano de impartir clase no ha pasado desapercibido. «La evaluación tiene que ser divertida e incluso pasar desapercibida», explica. En lugar de exámenes, sus alumnos graban podcast, crean contenido para redes sociales y trabajan con las herramientas que están a la orden del día y que ellos mismos conocen. Juan Zagalaz disfruta impartiendo clase de la misma forma que lo hace componiendo. «Siempre intento ir un pasito más allá, darle una vuelta a las cosas, para que ese rato que comparto con mis alumnos sea lo más significativo posible para ellos y para mí», comenta emocionado.

Zagalaz no quiere ser solo un transmisor de conocimientos. Busca ser alguien que despierte la curiosidad, que invite a sus alumnos a mirar más allá. «Intento ser algo más que un docente, quiero servir de inspiración y motivar a la gente a que sean su mejor versión», afirma. Para él, el conocimiento ya está en Internet, ahora su función es otra. Hay un factor común entre las dos dimensiones; la música y la docencia, que es la comunicación, llegar a las personas que tienes delante. «Yo creo que como todo en la vida tienes que tener pasión por las cosas para hacerlas lo mejor posible y saber transmitirlas», comparte.

Otra de las claves, según Juan Zagalaz, está en generar un ambiente lo más agradable y de confianza posible. «Muchas veces me tomo mis clases como una actuación más y soy consciente que estoy en un aula». El docente recuerda las clases de su infancia con cariño. Su asignatura favorita, sin dudarlo, era Música, pero también se le daba muy bien Inglés.

El profesor insiste en difuminar las barreras entre el docente y el alumnado e inculcarles esa semilla de curiosidad que despierta conciencias y mantiene vivo a quien la posee, sin importar la edad en la que empieces a estudiar algo nuevo. Aspectos fundamentales para la vida que se aprenden en el aula de Juan Zagalaz.