Proteger a la monarca, primer paso para crear un mariposario al aire libre en el Parque de la Paloma
El Ayuntamiento de Benalmádena preservará la colonia de esta especie existente desde hace décadas en este espacio, y a medio plazo se pretende introducir otras especies autóctonas
Es fácilmente reconocible por sus alas de color naranja brillante con bordes y venas negras decorada con puntos blancos, se llama mariposa monarca (danaus plexippus), ... y desde hace décadas puede verse en el Parque de la Paloma. La colonia ha sobrevivido sin que nadie se ocupara de ello, y en realidad no es tan fácil. Y no sólo porque estos insectos tengan sus depredadores: «Sin planta nutricia no hay mariposa, y la de la monarca, la asclepia curassavica, ha tenido momentos en los que era prácticamente inexistente por la sequía, y las orugas son muy voraces, por lo que puede no haber alimento suficiente para todas», explica Marina González, bióloga del Mariposario de Benalmádena.
Todo cambiará a partir de ahora después de que el Ayuntamiento de la localidad y el Mariposario hayan firmado un convenio con el que se persigue no sólo preservar a esta colonia, sino «conseguir una población estable y sostenible y ver el ciclo completo: oruga - crisálida - mariposa». Para ello, apunta González, será necesario «protegerlas de los depredadores; cuidar de su planta nutricia y que haya una cantidad suficiente, pero no excesiva; controlar los huevos, y lograr, así, una cría sostenible».
El objetivo inmediato es la monarca, pero «a medio y largo plazo» la meta es introducir plantas nutricias de otras especies autóctonas de la Península Ibérica y crear «un pequeño mariposario al aire libre», asegura la bióloga.
Y no sólo eso, sino también hacer una labor divulgativa. Para septiembre se espera que en el Parque de la Paloma puedan instalarse carteles informativos que cuenten qué es la monarca: un ejemplar originario de América, capaz de realizar migraciones para recorrer los miles de kilómetros que separan el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos de México, que tiene varias generaciones anuales, que vuela todo el año, y que, como todas las mariposas, «desarrolla un papel fundamental como agente polinizador, y que es un bioindicador, porque es muy sensible a la contaminación y los pesticidas, por lo que si hay mariposas significa que hay una buena calidad del aire».
De momento, el bioindicador sigue activo en el Parque de la Paloma, y ahora lo que se pretende es potenciarlo. Los medios los pondrá el Ayuntamiento de Benalmádena, y los conocimientos y la experiencia, el Mariposario.
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