El museo al aire libre de Fuengirola busca quien lo cuide

Solo unos meses antes que esa, se inauguró también otra estructura artística, en este caso en el paseo marítimo, a la altura del antiguo chiringuito El Bote, que hoy es una de las que más interés despierta de entre los numerosos viandantes que transitan por este espacio. Se llama Banco de Boquerones, es obra también de Tomás Castillo y está compuesta por una modular en forma de espiral, que compone una hilera con peces de acero inoxidable. La escultura mide más de tres metros y medio de altura.

Son solo dos ejemplos, pero hay muchos más: El homenaje al Seat 600 en la rotonda de Los Boliches, el conjunto escultórico Mare Nostrum en la rotonda de Mercacentro, el monumento a La Peseta en el paseo marítimo, la escultura dedicada a la Virgen del Carmen en la plaza Estrella de los Mares o el conjunto escultórico 'Niños en la playa' de José Gómez Guerrero.

En total, el Ayuntamiento tiene inventariadas 51 obras de arte de este tipo repartidas por toda la ciudad. Y todas ellas necesitan unos cuidados especiales.

«Fuengirola cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico urbano formado por obras de arte que se exhiben en distintos puntos de la ciudad y que se han ido incrementando a lo largo de los años. Son piezas artísticas realizadas con distintos materiales y de diversos tamaños y es una realidad que las condiciones de conservación de las obras, al estar a la intemperie, distan mucho de las que permanecen en un recinto cerrado. Se deterioran con mayor rapidez debido a varias razones, entre otras, las condiciones atmosféricas (el fuerte sol, el calor y la proximidad del mar), los gases de los vehículos y, a veces, actos vandálicos. Es preciso proceder periódicamente a la limpieza, mantenimiento y conservación de estas valiosas piezas del patrimonio histórico-artístico municipal», señala un informe del Ayuntamiento con el que se justifica el proceso que está en fase de licitación y por el que el Consistorio quiere contratar un servicio especializado para la limpieza y mantenimiento de todas ellas.

Dicho servicio tendrá un coste de 39.704,34 euros (sin impuestos incluidos), durará un año y la empresa que finalmente resulte adjudicataria tendrá la obligación de elaborar un plan de mantenimiento de estas obras que incluya la limpieza y las pequeñas reparaciones necesarias, además de un seguimiento periódico que contemple unas medidas de protección contra agentes externos e internos y que «permita la conservación de la obra y su correcta exposición, dotándola así de una plenitud visual que permita apreciar su calidad artística».

De este modo, según entienden desde el Consistorio, se pondrán en valor «unas obras que, después de tantos años, forman ya parte del paisaje urbano».

Eso sí, el pliego que regirá el contrato deja claro que todos los trabajos de conservación correctiva deberán ser ejecutados por un profesional de restauración, que deberá de hacer un informe «exhaustivo» de cada una de sus intervenciones y de los medios utilizados para las mismas.