Una cámara de seguridad grabó el crimen del expolicía en Torremolinos
La policía ha identificado a tres testigos, entre ellos una mujer que se puso a tocar el claxon para intentar detener la agresión
Juan Cano
Viernes, 26 de febrero 2016, 00:37
Prisión provisional, comunicada y sin fianza por asesinato. Es la decisión que ha tomado la jueza tras interrogar a Julián Y. L. por la muerte ... de Tomás A. M., un inspector jefe de la Policía Nacional, ya jubilado, que fue apuñalado este martes al salir de su casa en Torremolinos.
El presunto asesino pasó ayer a mediodía a disposición de la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de la localidad, justo después de recibir el alta médica en el Hospital Clínico, donde permanecía ingresado por un corte en una mano del que tuvo que ser operado.
El crimen del que se le acusa, que él reconoció ante la jueza, fue grabado por una cámara de seguridad situada al otro lado de la calle Boscán. Según las fuentes consultadas, en las imágenes se observa al agresor esperando agazapado entre los coches a que la víctima saliera de su domicilio.
Tomás, que tenía 74 años y se ayudaba de un carrito de la compra para caminar, ya que había sufrido un ictus hacía tiempo, salió de su casa, como cada mañana, a las 8.00 horas. Al parecer, en las imágenes se aprecia cómo el individuo lo abordó cuando el expolicía se disponía a cruzar un paso de peatones.
Testimonios
Los investigadores han identificado también a tres testigos presenciales de los hechos, entre ellos una mujer que circulaba con su coche en esos momentos por la mencionada calle. Al ver que un hombre estaba apuñalando a otro, la conductora tocó varias veces el claxon para llamar su atención e intentar detener la agresión. Finalmente, paró su vehículo donde pudo y llamó a la policía.
Tras el crimen, el agresor, que tiene 63 años y que, según dijo, había sido legionario, esperó la llegada de las primeras patrullas sentado en la acera de la calle, junto al cadáver del que, al parecer, había sido su amigo. Al ser detenido, confesó espontáneamente a los agentes que lo había apuñalado porque se sentía traicionado, ya que habría revelado un «secreto» de su pasado que él mismo le había contado.
Cuando le preguntaron por el machete de 20 centímetros de hoja que le dejó clavado en la espalda, y con el que le asestó al menos 14 cuchilladas en el torso, alegó que siempre iba armado, según relataron fuentes cercanas al caso. Al parecer, en las imágenes grabadas por la cámara de seguridad también se apreciaría que el detenido intentó retirar el machete, momento en que pudo haberse causado el corte que sufrió en un dedo de la mano derecha.
Los investigadores de la Policía Nacional que han llevado el caso han interrogado a varias personas del entorno de los implicados. Según las pesquisas, Tomás habría confesado a una de ellas, días antes del crimen, que Julián tenía «algo contra él» en relación a ese secreto. De hecho, parece ser que hubo un incidente previo entre ambos por el que los vecinos llegaron a llamar a la policía.
A las 11.00 horas de hoy, se celebrará en Torremolinos la misa funeral por la muerte de Tomás A. M., que posteriormente recibirá sepultura en el Parque Cementerio de Málaga.
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