La imagen de Nuestra Señora del Carmen vuelve a Rincón de la Victoria

Desde entonces, la talla está fuera de su pequeña capilla. Aunque, desde hace unos días, ha vuelto con sus devotos, a casa, literalmente, puesto que ya se encuentra en la vivienda de unos hermanos de la Virgen, la misma a la que llegó tras los destrozos, aunque esta vez ya recuperada, una vez que han culminado los arreglos en el taller de restauración.

El hermano mayor, Paco de la Torre, anuncia que, el próximo domingo, 29 de junio, la imagen será traslada desde su actual «refugio» hasta el lugar de culto, un acto que estará cargado de dignidad y de sentimiento, después de más de un año para olvidar en el seno del colectivo cofrade.

A comienzos de 2024, la junta de gobierno de la hermandad, hizo público que encomendaba a Enrique Salvo Rabasco, al frente de Aetos Restaura, la recuperación de la imagen, salida de los talleres El Arte Cristiano de Olot, en los 40 del siglo pasado. En paralelo, hubo un movimiento en el municipio que permitió recaudar el dinero necesario tanto para el arreglo de la capilla, como para la intervención en la propia imagen.

Por un lado, la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Rincón de la Victoria, que preside José Antonio Villodres, puso en marcha una campaña de recogida de fondos para colaborar con los devotos de la Virgen del Carmen y, por otro, un donante anónimo aportó toda la cuantía necesaria para abonar la factura de la labor de restauración.

Tras los actos vandálicos causados a la imagen de Nuestra Señora del Carmen y a su hornacina fue imposible que protagonizara el rosario de la aurora del día de su festividad, el 16 de julio.

Como solución, se tomó la determinación de que fuera una obra de 1962, que tienen en custodia en la casa de hermandad, la que saliera a la calle.

La cofradía, como explica su máximo responsable, atesora cuatro representaciones de María. Además de la que sufrió el ataque vandálico y que tiene su lugar de devoción en la 'Piedra Ancha del Tajo' y la de 1962, está la titular, en la iglesia y otra conocida como «la de Mary Loli», en recuerdo de la devota que la encargó para la hermandad.