Evaristo Guerra: «Desde el Cerro de Los Remedios se ven los atardeceres violáceos»

Si tuviera que elegir un enclave de la capital de la Axarquía, el artista se queda con el mirador de la explanada del Cerro de los Remedios, en cuya ermita pintó sus conocidos murales en homenaje a la patrona. «Me gusta ver desde allí el paisaje de Vélez y la comarca, se ven los atardeceres violáceos más bonitos que pueda ver un pintor en la paleta, de ahí que le llamen la ermita transparente», dice.

Para Guerra, un plan perfecto para conocer Vélez-Málaga sería ir a la ermita, bajar andando hasta el Palacio de Beniel, donde está la Fundación María Zambrano. Luego visitar las iglesias, de San Francisco, San Juan y Santa María, bajar por la calle Real a la calle de Las Tiendas, donde recomienda pararse en la fuente de Fernando VI, para seguir después hasta el barrio del Pilar, donde aconseja visitar el Museo Muvel. De ahí ir hacia la calle de las Monjas, donde está el Centro de Arte Contemporáneo y comer «por los grandes restaurantes» que hay por la zona, apostilla.

El pintor recurre a seis palabras para definir a Vélez-Málaga: «Como un foco de luz violácea». Lo que más le gusta del municipio «son todos los sitios que he recomendado». Eso sí, tiene claro lo que menos: «la dejadez en la calle de Las Tiendas». «Esperemos que pronto se acabe esta pandemia y podamos ver que los amantes del arte puedan disfrutar del mensaje de los artistas», cierra.