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Eugenio Cabezas
Lunes, 9 de marzo 2015, 01:05
Alba Jimena Luque (Nerja, 29 de enero de 1990) había estado una sola vez en su vida en Londres. Fue en 2008, para visitar a su hermana mayor, Andrea, quien estuvo viviendo y trabajando allí unos meses. Siete años después ella ha seguido los pasos de su novio, Josua Arrabal, de 23 años, quien se marchó a la capital británica el pasado octubre para trabajar en un restaurante como camarero. «Estaba trabajando en una gasolinera, ganaba 800 euros, y llevaba un año. Pensé que aquí podría aspirar a más, además de vivir la experiencia de salir de casa», confiesa la joven.
Nada más llegar, aunque pensaba que sabía algo de inglés, «me di cuenta de que no, que con mi nivel no puedo aspirar a trabajar en cualquier puesto ni siquiera en la hostelería», dice. Sin embargo, lo que más le chocó es que el primer empleo que ha tenido, en el que estuvo un mes, ha sido sin contrato, en un restaurante «propiedad de unos pakistaníes», matiza. «La verdad es que de un día para otro me dijeron que no contaban más conmigo», sostiene Jimena.
Tras unos días echando currículos y mejorando su nivel de inglés, ha conseguido un nuevo puesto de trabajo, ahora ya sí con contrato, en otro restaurante de la ciudad. «Si te mueves, le echas cara y le pones ganas, en Londres hay trabajo incluso sin saber casi nada de inglés», sostiene la joven nerjeña, a quien al principio le sorprendió la gran cantidad de españoles que hay viviendo en la ciudad siutada a orillas del río Támesis. «Los primeros días me quedé impactada», recuerda la joven nerjeña, quien llegó allí el pasado 10 de enero.
«Se gana más dinero»
«Aquí se gana bastante más dinero que allí en la hostelería, pero el problema es que aquí todo es mucho más caro», cuenta mientras repasa los números de lo que ganó en su primer empleo, unos 1.200 euros, de los que casi la mitad se le han ido para pagar la vivienda que comparte con su pareja sentimental y con su cuñado, Álex, de 25 años. «La otra mitad es para comer y para el ocio, ahorrar por ahora no es posible», detalla la joven.
El hermano de Josua fue el primero en llegar a Londres, hace más de un año. Después de él han emigrado una docena más de amigos y paisanos nerjeños, de los que la gran mayoría ha encontrado trabajo en la hostelería. «Uno de nuestros amigos está en un restaurante de la city, el distrito financiero londinense, de nueve de la mañana a tres de la tarde y gana casi 2.000 euros al mes, con dos días de descanso a la semana», confiesa.
Por el momento, Alba no se plantea volver a Nerja, aunque a menudo tiene morriña y echa de menos demasiadas cosas. «A mis padres, con los que hablo a diario, a mi familia, a mi perro Tyson, la playa, los bares de tapeo como El Chispa... son tantas cosas», confiesa. Pero tiene claro que, de momento, ha llegado a Londres para quedarse «a vivir la experiencia, madurar y cambiar de aires». «Allí en el pueblo las cosas son complicadas, no hay muchas perspectivas de mejorar, y aunque tenía trabajo, estaba algo cansada», sostiene Jimena Luque.
La fama de que en Londres hace muy mal tiempo es otro de los mitos que se le han desmontado a esta joven nerjeña, «ya que aquí lo mismo llueve, que hace sol, aunque por ahora frío de verdad sólo ha hecho tres días», asegura. «Hay mucho ambiente en las calles, los parques son increíbles, hay muchos sitios que visitar», cuenta la joven, quien asegura que, en principio, no tiene previsto regresar a su localidad natal hasta San Isidro, para el próximo 15 de mayo. «Me lo he propuesto y espero no cambiar de opinión porque me entre un ataque de nostalgia», bromea.
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