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Vista de la rotura de la mina sobre el Guadiamar. EFE

El desastre de Aznalcóllar, 20 años después

Los ecologistas piden que no se reabra la mina, esperanza de empleo para mil vecinos

Miércoles, 25 de abril 2018, 00:25

La madrugada del viernes al sábado de aquel 25 de abril de 1998, hoy hace 20 años, toda una comarca contuvo el aliento ante la mayor catástrofe ecológica por acción humana vivida en Andalucía que se recuerde. La balsa de la mina de Aznalcóllar, un pueblo de la provincia de Sevilla, se rompió en dos dejando escapar río abajo del Guadiamar, afluente del Guadalquivir, dos millones de metros cübicos de lodos y cuatro de aguas contaminadas con cadmio, zinc, mercurio plomo y metales pesados muy perniciosos. La mañana del sábado, cuando se dio la voz de alarma nacional, el agua venenosa corría río abajo hacia Entremuros, el tramo final del río que limita con el parque nacional de Doñana. La prioridad primera fue que el lodo no traspasara Entremuros.

El Gobierno, presidido por José María Aznar, y la Junta, por Manuel Chaves, mantenían una relación muy enconada, pero ante el cariz de la catástrofe ambas administraciones supieron sumar esfuerzos para hacer frente al desastre. La avalancha de lodo en 62 kilómetros arrasando a su paso a miles de peces, aves y cultivos frutales tuvo una respuesta humana con otra avalancha de voluntarios pionera en España –luego se repitió con el 'Prestige' en Galicia– y que fue clave en la limpieza, descontaminación y construcción durante dos años del corredor ecológico que conecta con las marismas del Guadalquivir y Doñana, en parte con la adquisición de las tierras perjudicadas.

La Junta andaluza sigue pendiente de cobrar a la empresa Boliden 89 millones de euros de los 163 millones que empleó en la restauración de la cuenca del Guadiamar

El portavoz del Gobierno andaluz, Juan Carlos Blanco, calificó ayer de «modélica» la restauración del Guadiamar, coincidiendo con los ecologistas. «Hoy cuando pensamos en esa zona, todos hablamos del corredor verde del Guadiamar». Una recuperación que costó 163 millones de euros a la Junta de Andalucía, que en su intento por recuperarlos y hacer pagar a quien contaminó, la mina explotada entonces por la empresa sueca Boliden Apirsa, se fue a los tribunales. Fracasó por la vía penal. Boliden culpó a las empresas que construyeron la corta. Pero siguió por la vía civil. Hoy dos décadas después, la Junta aún no ha logrado cobrar de Boliden los 89 millones de euros que le adeuda, confirmó Blanco.

La empresa cerró la mina en 2002 y dejó en la calle a casi medio millar de personas, la otra consecuencia de la catástrofe. El pueblo lleva también dos décadas de crisis profunda. Incluso la salvación del Guadiamar ha supuesto nuevas trabas, ya que hay una zona de 2.000 hectáreas de cultivo ahora inhabilitada porque en ella anidan avutardas, una ave en peligro de extinción protegida.

Un tramo de este 20 años después ya restaurado. EFE

La salvación parecía estar en la reapertura de la mina de Aznalcóllar cuando a partir de 2008 vuelve a haber un interés internacional por los metales de la zona, entre ellos el zinc y el cobre. La Junta dio el visto bueno al proceso, pero su adjudicación en 2015 entró en barrena cuando la empresa perdedora se fue a los tribunales y logró paralizar durante meses el proyecto de Minera Los Frailes. La construcción de la mina primero y su explotación después puede emplear a más de mil personas, como siempre ha confiado el alcalde de Aznalcóllar, Juan José Fernández (IU).

Cinco grupos ecologistas

Si bien ayer, en el marco del 20 aniversario del desastre de Aznalcóllar, cinco organizaciones ecologistas de España –Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF– convocaron a los periodistas en Sevilla para exigir a la Junta de Andalucía que dé marcha atrás y revoque la reapertura de la mina de Aznalcóllar por temor a que se repita un accidente similar. «La Junta tendrá que buscar alternativas para la comarca, pero este proyecto es inviable. La minería verde no existe, ni la minería ecológica, ni la ambiental. La minería de este tipo es de altísimo riesgo, y necesita agua y no se puede hacer en la cabecera de un río que alimenta al mayor y más importante espacio protegido de Europa, Doñana», afirmó el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo.

El Gobierno andaluz defendió el proyecto al que ha exigido numerosas garantías de seguridad ambiental. El portavoz, Juan Carlos Blanco, recordó que la reapertura de la mina supondrá una inversión de más de 350 millones de euros y la creación de más de mil puestos de trabajo.

La polémica sobre Aznalcóllar sigue 20 años después pese a los numerosos brotes verdes que han borrado todas las huellas del desastre.

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