Asaja y COAG celebran la llegada de precipitaciones y esperan que el invierno sea lluvioso

En declaraciones a Europa Press, el responsable de Herbáceos de COAG Andalucía y secretario provincial de COAG Sevilla, Ramón Garcí, ha apuntado que es «importante» que llueva y que lo haga de manera pausada. «Ojalá siga lloviendo en la campiña y en las cuencas altas donde están los embalses», ha señalado.

Así, ha explicado que tras varios años, con niveles de lluvias muy bajos, los embalses y los acuíferos están muy bajos, por lo que lo deseable sería que «el final de otoño y el invierno fuera lluvioso».

Por su parte, desde Asaja-Sevilla han insistido en que las precipitaciones de esta semana son «totalmente insuficientes» y la región continúa «por debajo de la media de lluvias en estas fechas». «Estamos viviendo el sexto año consecutivo de sequía. Sufrimos un déficit de precipitaciones acumulado que ha dejado los embalses de la cuenca del Guadalquivir en unos niveles similares al anterior ciclo seco», han detallado.

Esta situación hídrica ha reducido el agua de pozos y acuíferos y ha colocado el sector agrario en una situación «dramática», por lo que «lo interesante» sería que «se confirmase un cambio de tendencia» y, tras esta primera borrasca, comenzaran a llegar otras hasta entrar «en un invierno verdaderamente lluvioso».

En concreto, Asaja ha advertido del «tremendo» daño que está haciendo la sequía al olivar -tanto de mesa como de molino-, a los cítricos, a los cultivos hortícolas y a otros arbóreos, como el almendro o la viña, así como la nueva sementera.

«La siembra de los cereales de invierno está muy retrasada y pendiente de la lluvia. La falta de lluvias pone en peligro también la montanera del ibérico que, además de bellota, necesita de las hierbas otoñales», ha explicado para afirmar que toda la ganadería está ahora pendiente de los pastos de invierno, «después de muchos meses alimentándose a base de piensos y forrajes traídos de fuera de la explotación».

Si se confirma un cambio de tendencia, en el caso de los cereales de invierno, las lluvias llegarían «todavía a tiempo», si bien ha lamentado que las pérdidas sufridas por los cultivos de regadío a lo largo del 2022 «ya no tienen remedio».

Para el olivar de esta campaña, el agua llega «muy tarde», pero sí podrían remediar las previsiones de cosecha de la próxima campaña, que en este momento están también cuestionadas. Pero, sobre todo, si la lluvia es abundante, aliviaría la situación de los embalses y se podría tener expectativas de una nueva campaña de riego, así como de una opción más optimista de cara a los cultivos de primavera.