Ángela Callejón
Asegura que «el gran reto» de Andalucía es la educación y aboga por cuidar más a las empresas para favorecer el desarrollo de la región
Como profesora que es, para Ángela Callejón la educación es la piedra angular sobre la que debe basarse el desarrollo económico de Andalucía. Pero también ... pone el acento en la importancia de cuidar a las empresas, que son «el motor de la economía», y advierte sobre los riesgos de un crecimiento desordenado en la región.
–Los datos macroeconómicos dicen que Andalucía sigue creciendo, pero las cifras de empleo alejan ese optimismo.
–Estamos cada vez mejor, pero todavía queda mucho camino por recorrer. Ahora mismo la tasa de paro en Andalucía es del 19%, una cifra que desde luego no es para presumir. Pero más allá de crear empleo, hay que hacerlo con calidad. Para ello, las empresas deberían estar mejor cuidadas porque no toda la responsabilidad puede recaer sobre ellas. Algunas veces exigimos a la empresa mejores condiciones, mejor calidad y mejores sueldos; y al alumno siempre le explico que al empresario le encantaría poder hacer todo eso para tener más contento a los empleados. Aunque las condiciones del mercado son las que son.
–Usted trata a diario con futuros emprendedores y empresarios. ¿Qué les recomienda?
Primero, tener muy clara la idea de que quieren ser emprendedores, porque si no se tiene esa vocación es muy difícil ser un buen emprendedor o un buen empresario. Y en segundo lugar, tener un buen producto hacia el que orientarse. Tener la idea es fundamental y en el caso concreto del emprendimiento joven y de la 'startup', la financiación adecuada en cada momento.
–¿Hacen falta más referentes?
Todos necesitamos tener un referente, pero de calidad. Los jóvenes necesitan que los referentes sean trabajadores, íntegros y buenos profesionales. Con todos mis respetos, no pueden ser los que se hacen ricos a golpe de blog o con una pelota porque eso es un éxito efímero y no conduce a ningún sitio. Eso, además, no genera riqueza para el país ni para la región. Tenemos que saber distinguir un negocio de una empresa, porque no es lo mismo especular que generar renta. Y la empresa genera renta. Por eso digo que la empresa hay que cuidarla porque son el motor de la economía. ¿Quién genera empleo? El Estado se apunta el dato, pero son las empresas.
«Hay que cuidar mejor a las empresas porque son el motor de la economía»
–Con el potencial que tiene Andalucía, ¿qué le falta para terminar de despegar?
Para mí, la más importante de todas es que tenemos que invertir en educación financiera. Porque en la base de todo está la formación y la educación. Si no tenemos buenos profesionales y bien cualificados, el progreso tardará en llegar. Eso es fundamental y en ese sentido tenemos que definir una buena estrategia en educación. El gran reto de la sociedad actual es, sin duda, la educación en todas las áreas, pero especialmente en la económica y financiera y enmarcándola dentro de unos principios éticos y responsables socialmente hablando. ¿Por qué? Porque si no volveremos a lo que decíamos antes, a la especulación y al dinero fácil. Y eso no no genera estabilidad ni riqueza para el país.
–¿Qué papel juega la universidad?
–Una de las principales misiones que tiene la universidad es sin duda la adecuada formación intelectual de profesionales que sean capaces de prestar un servicio a la sociedad. No podemos enfocar la educación simplemente como una herramienta para que te ganes la vida. Es mucho más que eso. Tenemos que formar a los alumnos para que entiendan el trabajo como una vocación de servicio.
–Al margen del crecimiento de las empresas andaluzas, cada vez son más las grandes compañías que invierten en Andalucía y, más concretamente, en Málaga.
–Tenemos un potencial enorme y más allá del clima o nuestro carácter abierto, lo importante es la profesionalidad y, sobre todo, que somos generadores de confianza. Igual que las relaciones humanas se basan en la confianza, las económicas también. Si hay estabilidad, el inversor viene, y cuando viene la inversión, llega la renta y llega la riqueza para la región.
«Para atraer inversiones se necesitan buenas comunicaciones, seguridad jurídica y facilitar los trámites con la Administración»
–¿Se puede morir de éxito?
–Debemos estar preparados para ese crecimiento que todavía está por llegar, por ejemplo en materia de infraestructuras o afrontando el problema terrible de acceso a la vivienda. No debemos confundir crecimiento con progreso. Lo que hay que hacer es progresar, porque un crecimiento desordenado es malo. Al igual que el cáncer es malo porque crece mucho y desordenadamente, en economía puede suceder lo mismo. Debemos orientarnos hacia el progreso en lugar de obsesionarnos con el crecimiento.
–¿Cuáles son los ingredientes para favorecer ese progreso y facilitar la llegada de inversiones?
–Tener las infraestructuras adecuadas, buenas comunicaciones, seguridad jurídica, fiscalidad y facilitar los trámites con las administraciones.
–La innovación y la sostenibilidad parecen ser los nuevos pilares económicos de Andalucía, pero sin abandonar motores históricos como el turismo y el agro.
–Es que no tienen que ser excluyentes. Lo que se pretende es que tanto el turismo como la agricultura y demás actividades se vean beneficiados por los avances de la innovación y también por todo lo que se está aplicando y exigiendo en temas de sostenibilidad.
–Los fondos Next Generation, una gran oportunidad para avanzar en estos nuevos ejes.
–Sí, eso es justo y lo que hay que procurar. Creo que Andalucía es una comunidad autónoma que ahora mismo, por lo que veo de retorno económico, está aplicando bien los fondos que recibe. Las ayudas son para invertirlas y la inversión genera riqueza. Así de fácil. Cuando los fondos están en paradero desconocido, la riqueza también lo está.
–En el terreno fiscal, ¿cuál sería la receta ideal para atraer inversiones y garantizar los servicios públicos?
-Sinceramente, el cambio de mentalidad. Pensar que el pago de impuesto es un acto de solidaridad. Siempre se recurre a la educación y la sanidad, pero son muchas las cosas que se hacen con nuestros impuestos, desde ir al conservatorio hasta pasar por un túnel. Si se informa bien y hay transparencia en la gestión de esos ingresos, creo que la actitud del contribuyente cambiaría.
–Ese cambio no es fácil.
–Pero se puede conseguir con transparencia y con la información adecuada para comprender y generar la confianza necesaria para que no se cuestione el destino de los fondos. Donde hay una buena gestión y transparencia reina la confianza.
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