El emprendimiento como chaleco salvavidas
Programa Incorpora. Desde la asociación Arrabal-AID, Omar, Mercedes y Pavlo son ejemplos de que gracias al punto Autoempleo de Fundación 'la Caixa' es posible montar un negocio desde cero
Ellos se pusieron el chaleco salvavidas antes de que las temperaturas fueran acordes para tirarse al agua. Lanzándose a la piscina del emprendimiento, Omar Arich, ... Mercedes Osorio y Pavlo Yaroshenko, tienen claro que no podrían haber montado sus negocios de no haber llamado a la puerta de la asociación Arrabal-AID, que les brindó la oportunidad de convertirse en usuarios del punto Autoempleo del Programa Incorpora de Fundación 'la Caixa', con el que la entidad ha asesorado, ayudado, financiado y consolidado más de 300 negocios desde el año 2016. «Hace un año y medio llegué a España con la ilusión de montar mi propio negocio de estética, para lo que traje capital, pero necesitaba más impulso, por lo que tomé la decisión de acudir a la asociación y gracias a su trabajo y este programa pude obtener el financiamiento necesario para tener mis propias máquinas de depilación láser, fotorejuvenecimiento, masajes corporales y radiofrecuencia, que son muy caras y, sin su ayuda, no podría haber creado este negocio, que ha crecido potencialmente desde que amplié los servicios básicos que tenía antes, la experiencia ha sido espectacular», reconoce Osorio durante una conversación con SUR.
Con el punto Autoempleo del Programa Incorpora de Fundación 'la Caixa', los trabajadores de Arrabal-AID se encargan de ayudar a emprendedores desde la idea inicial hasta su consolidación. «Damos asesoramiento del plan de empresas, los requisitos que necesitan para la apertura del negocio y hacemos un seguimiento personalizado de cada proyecto», explica Daniel Merino del Área de Emprendimiento de la asociación. Tras estos pasos, llega la ayuda con la financiación, en la que se ofrece la posibilidad de financiar el proyecto a través de microcréditos de la Caixa de hasta 30.000 euros.
«Lo bueno de estos microcréditos es que cubren el cien por cien de la necesidad, puede tener una carencia de hasta seis meses y una amortización de seis años sin necesidad de aval, esto es muy importante porque le da la oportunidad a personas sin recursos de que, con la viabilidad de la idea y un informe técnico favorable, se le conceda el crédito», explica Merino, quien añade que al año atienden a más de 100 personas, también para hacer reactivaciones de negocio y dar soporte. «Al año, gracias a este asesoramiento se suelen crear unas 30 empresas, muchas de ellas con emprendedores de exclusión social».
Omar Arich abrió su propia carnicería hace cinco meses, después de acudir a Arrabal-AID a pedir ayuda. «Sin ellos no podría haberla montado, el proceso ha sido sencillo, presenté mi proyecto, era viable, han creído en él y lo hemos conseguido, ya estamos trabajando», afirma el empresario que recuerda cómo su idea surgió al ver que en Huelin no había una carnicería como la que a él le gustaría y ahora espera que el negocio pueda seguir allí mismo durante muchos años.
En la zona de Cruz de Humilladero, Pablo Yaroshenko, de Ucrania, invita a que aquellas personas que tengan una idea sobre el papel no duden en acudir a la asociación e informarse por el punto del programa de la Fundación 'la Caixa'. «Yo he montado mi negocio de autolavado de mascotas, que es una franquicia de una empresa de Barcelona y se me ocurrió estando en paro, sin necesitar un crédito, solo necesitaba información», añade y reitera que su experiencia ha sido muy buena, recibiendo asesoramiento sobre cómo empezar a buscar un local, cuánto pagar de impuestos y qué pasos a seguir.
Ya son más de 350 empresas las creadas gracias al punto de Autoempleo del Programa Incorpora, de las que 55 han contado con créditos para impulsar su negocio. «Además de las personas que acuden a este punto, hay otras que llegan al Programa Incorpora y son nuestras propias compañeras las que detectan que tienen cierta inquietud emprendedora, al igual que hay veces que las propias oficinas de 'la Caixa' nos deriva a personas que llegan allí pidiendo financiación y a veces no tienen ni plan de empresas o tienen ya el negocio y tienen algún tipo de problema financiero», señala Merino.
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