Borrar
Andrea, en el centro, jugando con unos niños de Arrabal antes de visitar el Museo Ruso.

Solidaridad de ida y vuelta

Tres jóvenes que recibieron apoyo en Arrabal ayudan hoy a otros niños como voluntarias

M. Ángeles González

Lunes, 20 de marzo 2017, 00:41

En Arrabal aprendió una lección de vida cuando era una niña y su madre recurrió a esta ONG para que le echaran una mano con ... los estudios: «Recibir ayuda no es malo, ni pedirla». Una máxima que Beatriz Navas intenta inculcar a los escolares que van hoy a clases de refuerzo en la misma asociación que tanto hizo por ella y a la que actualmente acude como voluntaria, «intentando devolver un poco lo que me han dado». «Lo hago por los niños, pero también es una manera de que mis monitores vean lo que han conseguido conmigo y de que yo lo pueda plasmar en otras personas», señala esta joven ecuatoriana de 21 años que cuando dejó de ser beneficiaria del programa Caixa ProInfancia en Arrabal decidió pasar a la acción y empezar a colaborar de forma activa con este colectivo ayudando a quienes hoy ocupan los pupitres en los que tantas horas pasó ella.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Solidaridad de ida y vuelta

Solidaridad de ida y vuelta