El Ángel I
ANTONIO LUNA AGUILAR
Domingo, 20 de septiembre 2009, 05:19
UN molino harinero, 'de Galiano', en el río Verde, su derecho de agua, la proximidad de las minas de magnetita y mucha madera para ... hacer carbón; si a todo ello le unimos el floreciente y pujante comercio malagueño, precisado de flejes metálicos para la construcción de los toneles necesarios para la exportación de productos agroalimentarios (vinos, aceites, ...) unos excedentes monetarios que los mercantes malacitanos no estaban dispuestos a dejar 'dormir' y la promulgación de la 'Ley de Minas' en 1825, ya tenemos todos los ingredientes necesarios para el nacimiento de la industria férrica malagueña.
Para el caso que nos ocupa, es el año 1831 el que vio nacer la 'Ferrería del Ángel', pronto conocida como la 'Fábrica de Abajo', que junto con la 'Ferrería de Nuestra Señora de la Concepción', 'Fábrica de Arriba', conformaron la industria siderúrgica en Marbella.
La dureza del mineral de hierro de las minas de la zona del Peñoncillo, que precisaba de altas temperaturas para su fundición, propició la construcción de los primeros altos hornos civiles de España en nuestra localidad y, aún así, hubo de desdoblarse la producción, quedando las ferrerías de río Verde para la fundición del metal y las que se crearon al efecto, en Málaga, para su afino con carbón mineral, de más poder calórico que el vegetal y que resultaba económicamente más rentable poner en el puerto de Málaga que su traída a Marbella.
Mientras duraron las guerras Carlistas en el Norte, no hubo impedimentos para el crecimiento de estas factorías; pero, una vez acabado el conflicto, el nulo interés gubernamental en facilitar la llegada de carbón mineral a nuestra tierra, unido a diversas circunstancias, abocó al fin de la industria metalúrgica malagueña. El año 1862 cerró la 'Fábrica de Abajo', que pasó a manos de Guillermo Malcolm, en 1869 quien, cinco años después, la vendió al hacendado marbellero Tomás Domínguez Artola, que instaló en la propiedad una fábrica de harinas, mas no debió resultarle muy rentable puesto que se desprendió de ella en 1877.
Las leyes desamortizadoras primero y las de fomento de la agricultura, después, fueron los instrumentos administrativos para la puesta en aprovechamiento de tierras que nada, o poco, producían, e intentar solucionar los problemas estructurales de la agricultura española: principalmente la excesiva división de la propiedad y la escasa población. Así, en 1868, se promulgó la 'Ley de Colonias Agrícolas' con una serie de incentivos, tanto para los propietarios como para los colonos que se asentaran en esas colonias.
Con el ánimo de acogerse a los beneficios de dicha Ley, Pedro López Ortiz (de Málaga) compró la finca 'Cerca de río Verde', y José Martínez y Martínez de Pinillos (de Almendralejo, pero con ascendencia camerana, de la Tierra de Cameros en La Rioja) la conocida como 'Martinete del Ángel', en el año 1877. Ambos constituyeron, en 1879, la Sociedad Colonia del Ángel y solicitaron acogerse a esos beneficios, que se les concedieron un año después. Rápidamente comenzaron a adquirir diversos predios al objeto de aumentar la superficie de la colonia.
La Ferrería del Ángel y la de Nuestra Señora de la Concepción conformaron
la industria siderúrgica en Marbella
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