La película más esperada del siglo XXI
J ames Cameron desvela las primeras imágenes de 'Avatar', una odisea futurista llamada a revolucionar el cine por su uso de los avances digitales en 3D
TEXTO: ÓSCAR L. BALATEGUI
Sábado, 22 de agosto 2009, 03:56
C INE Proyecciones en la madrileña calle Fuencarral. Un centenar de periodistas hacen cola mientras los responsables de Fox comprueban nombre y medio en ... una restringida lista. Abundan los friquis con gafas de pasta, camiseta negra y pelo sin lavar en tres días, que dicen venir de ignotas páginas web especializadas en cine fantástico. Nerviosos, recogen al pasar unas gafas 3D que se parecen a las típicas Ray-Ban Wayfarer. Ya en la sala, ante la pantalla más grande del complejo, tipos con traje y corbata se camuflan entre la canallesca. Peces gordos de la industria.
Hoy es el gran día. El día en el que la película más esperada en lo que llevamos de siglo verá al fin la luz. Bueno, en realidad este particular pase de prensa sólo adelanta veinte minutos de imágenes de 'Avatar'. Pero lo hace en las condiciones de proyección para las que ha sido creada: en tres increíbles dimensiones y atronador Dolby Digital. Todavía quedan cuatro meses para su estreno (18 de diciembre), pero la maquinaria de márketing ya se ha puesto en marcha.
Algún director español lamentará que los medios nos rindamos a promocionar un más que seguro taquillazo. Pero 'Avatar' es importante por muchas razones. Supone el regreso de James Cameron, quien no ha rodado un largometraje de ficción desde que se convirtiera en el 'rey del mundo' con 'Titanic' (1997), acreedora de once Oscar y todavía hoy el filme más taquillero de todos los tiempos. Cameron no es Michael Bay ni ninguno de los actuales gañanes que manufacturan 'blockbusters'. Su genio marcó el cine de entretenimiento en los 80 y 90. Se ha pasado los últimos nueve años ultimando la revolución digital en 3D.
Un aliciente más
De ahí las gafas estereoscópicas, que lejos de ser un juguete pasajero se adivinan la tabla de salvación de unos exhibidores que ya no saben qué hacer para llevar público a las salas. ¡Y cómo funcionan! Se apagan las luces y James Cameron se materializa a un palmo de nuestras narices. Dan ganas de adelantar la mano, pero sólo agarraríamos aire. «Bienvenidos a Pandora, un mundo de belleza y peligro en el siglo XXI», anuncia. «Vais a ver unas cuantas escenas de 'Avatar', pero no os preocupéis, porque no contienen 'spoilers' (no desvelan el final)».
La nuca de un marine interestelar nos da la bienvenida. Alerta sobre los peligros de Pandora, un mundo habitado por los Navi, criaturas «con huesos de carbono autoregenerables» que disparan flechas letales. La atmósfera fría y metálica recuerda a esa oda al militarismo que fue 'Aliens'. Aparece el protagonista, un soldado parapléjico que se desplaza en silla de ruedas. Lo encarna Sam Worthington, descubierto en 'Terminator Salvation'; salvo Sigourney Weaver, no hay estrellas en el reparto. La actriz de 'Alien' da vida a una doctora que somete al recién llegado a un experimento: convertirlo en avatar, es decir, en su 'otro yo'.
En jerga internauta, 'avatar' hace referencia a una representación gráfica asociada a un usuario para su identificación; en el significado más espiritual, ligado al hinduismo, es la encarnación terrestre del Dios Vishnú. Cameron parece haber pretendido fusionar ambos significados.
Tras una operación quirúrgica que inventa las radiografías en 3D, el marine aparece sobre una camilla transformado en un Navi, un ser azul de tres metros, con ojos dorados, cola y orejas demoníacas. Ya no está tullido y posee una agilidad y fuerza sobrehumanas.
Aunque parezca mentira, no es maquillaje. Las imágenes CGI (generadas por ordenador) tenían dificultades hasta ahora para recrear la textura humana. Las criaturas de Cameron desasosiegan porque no puedes evitar preguntarte cómo lo han hecho. Gesticulan, se mueven y respiran como un ser vivo. Interactúan con personajes reales con total naturalidad. Y ya cuando penetramos en la selva de Pandora, 'Avatar' se convierte en otra película. Desaparecen los actores de carne y hueso y emerge un universo que no necesitó platós. Sólo existe en un disco duro y está fabricado a base de bits.
Los dinosaurios de 'Parque Jurásico' parecen de plástico ante los imposibles monstruos a los que se enfrenta este humanoide que, como los pitufos, es azul y vive en el bosque. El 3D sumerge al espectador en una acción sin tregua. La profundidad de campo, el realismo del agua en los ríos o en forma de lluvia simplemente deja con la boca abierta. Acompañas a las criaturas en su paso por un estrecho sendero y te asomas al abismo con ellas. La fotografía en tonos irreales, con una iluminación que parece confeccionada a base de 'leds' sobre la pantalla, consigue una atmósfera de ensoñación, feérica. Una Navi violenta y guapetona hace prever la consabida historia de amor.
Aplausos de los cínicos plumillas y reacciones casi unánimes. Dos horas de frenesí selvático en la estela de 'Apocalypto' y en 3D pueden lograr que el mareo al salir del cine sea de antología. Las secuencias de acción recuerdan la dinámica de los videojuegos. El enredo sentimental parece facilón, pero no hay que olvidar que Cameron hizo llorar a medio mundo dejando morir a DiCaprio en el gélido Atlántico Norte. El director quería exhibir la cinta sólo en 3D, pero ha ido más rápido que la reconversión de las salas. 'Avatar' se verá también sin gafas. ¿Funcionará igual?
Presupuesto millonario
«Todas las películas que he hecho anteriormente podrían haberse beneficiado del formato 3D, por lo tanto, creativamente, considero esta técnica una extensión de mi oficio de cineasta», matiza Cameron, que se ha gastado 300 millones de dólares en el empeño, llegando a desarrollar y patentar un sistema de cámaras. Y todo para poner al día las novelas de Edgar Rice Burroughs, autor de 'Tarzán' y germen de esta historia de civilizaciones en lucha.
Y es que el autor de 'Terminator' presume que el origen de 'Avatar' fueron «todos y cada uno de los libros de ciencia-ficción» que leyó de niño. A tenor de lo visto, su última obra puede verse como un compendio de su filmografía. Hay un héroe solitario enfrentado a una civilización extraña y amenazante, como la teniente Ripley en 'Aliens'; conflictos de identidad y mutaciones de la carne, como en la saga 'Terminator'; presencias alienígenas ominosas, como en 'Abyss'; y sentido del espectáculo y la maravilla, qué si no es 'Titanic'.
División de opiniones
Los blogs hierven ya con opiniones a favor y en contra de las imágenes vistas. En eBay hay quien vende por 500 dólares su entrada para el estreno en un cine IMAX de Los Ángeles. James Cameron siempre ha sabido aprovecharse de la tecnología para extraer sentimiento. Asume que la mejor plataforma de promocionar 'Avatar' es Internet y adelanta que el futuro será 3D.
«La única limitación para disfrutarlo en casa es el número de películas disponibles en la actualidad. En cuanto haya más, las compañías de electrónica fabricarán televisores 3D, la tecnología existe y es sencilla. Hemos evolucionado hasta ver en 3D por una razón, eso nos hizo mejores cazadores. Yo diría que en diez, quince años, los teléfonos y todas las pantallas pequeñas serán en 3D», advierte.
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