Del elevator al naming

Málaga lo tiene que estar petando. Hay que deducir esto si se tienen en cuenta los acontecimientos que se están celebrando en la capital y las cosas que se escuchan en los mismos. Desde que la ñoña Málaga la Bella se ha convertido en Málaga Valley, que es nombre club, tecnológico aunque por el nombre podría ser de otro tipo, hay que imaginarse que esto va como un tiro por cómo suenan las cosas. Ayer sin ir más lejos se celebró un 'elevator pitches' que tuvo que ser la releche. ¿Qué? ¿Pero cómo es posible que no sepa lo que es eso? Hay que ver no conocer que es una competición basada en el 'bottom-up', como se encargó de explicar ayer en un comunicado de prensa el Ayuntamiento de Málaga al dar por seguro que habría más de un analfabeto de este nuevo mundillo empresarial. ¡Ah, bueno! Ahora sí. Uno es que se había acostumbrado ya a los 'crowdfunding' que se celebran en cada esquina de la capital. ¿Qué tampoco sabe lo que es un 'crowdfunding'? Pero cómo se puede ser tan cateto en esta Málaga consagrada por sus planes estratégicos como ciudad del conocimiento y de la tecnología. Este es el sistema que utilizan las empresas que no han tenido la suerte de ser seleccionada en un 'business angels'. Ah, ¿qué tampoco sabe lo que es esto? Pero si eso es lo último. Eso es 'trending' ahora mismo en la capital. Si todas las 'start up' aspiran a eso. Es lo más. Hombre, comparten ese honor las pymes, uy, esta españolada se ha colado, que han salido del 'spin off' que organiza la Universidad de Málaga. Y todavía está por celebrarse una nueva sesión del Málaga Valley, donde se desarrolla un 'brainstorming' de alto nivel que va a poner la ciudad patas arriba y que va a ser lo más comentado del 'coffee break'. Esto, que para que usted lo sepa, es verdaderamente a lo que va la gente para buscar un 'partner', siempre que el 'timing' del 'workshop' lo permita, pues lo montó el responsable de Trade Marketing con mucho esmero y lo tiene integrado en su 'briefing'.

Seguramente muchos de ustedes no tengan ni puñetera idea de lo que significan estos términos. No debe preocuparse, pues muchos de los que escuchan hacen como que los entienden cuando en realidad tampoco saben lo que es. Pero este desconocimiento no es grave. No es para tanto, aunque lo parezca, pues esconden cuestiones tan cotidianas como puede ser un horario, un inversor, la búsqueda de un socio de los de toda la vida o un plan de actuación. Lo triste es que se está formando una inexplicable jerga llena de anglicismos en nombre de no se sabe muy bien qué pijerío pese a que hay palabras y expresiones españolas para sustituirlas. Aunque claro, no suena igual descanso y café con pastas que hacer un 'coffee break'. El problema es que de 'working' la cosa sigue cortita. Y a eso no hay quien le ponga el 'naming'. Perdón, el nombre.