Los trabajadores se enrocan y mantienen la huelga pese a las concesiones de Limasa
El comité de empresa exige nuevas mejoras laborales y deja la decisión en manos de la asamblea de empleados prevista para mañana
FRANCISCO JIMÉNEZ pjimenez@diariosur.es
Viernes, 17 de febrero 2012, 12:54
Once horas de acercamientos y distanciamientos, de ofertas y contraofertas, de concesiones y reivindicaciones,... Todo para volver a dejarlo todo como al principio poniendo ... a la ciudad de Málaga al borde de una huelga de basura cada vez menos inevitable. La reunión a tres bandas que mantuvieron ayer representantes del Ayuntamiento, socios privados y trabajadores de Limasa con la mediación del Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (Sercla) apenas sirvió para dejar constancia de la posición de fuerza del comité de empresa en la negociación para intentar evitar el paro indefinido convocado a partir de la mañana del lunes, además de ciertas discrepancias entre las distintas fuerzas sindicales que lo integran (CGT, UGT, UTL, CSIF, USO y CC OO). La amenaza de huelga sigue latente, aunque aún no se puede descartar una solución de aquí al lunes. El comité volverá a reunirse hoy, aunque la última palabra la tendrán los propios trabajadores en la asamblea que celebrarán mañana.
Los representantes de los trabajadores se mantuvieron firmes a la hora de exigir que los recortes salariales aplicados a la plantilla (que cifran en unos 7,5 millones) se vean correspondidos con un esfuerzo proporcional por parte de la sociedad mixta, de ahí que considerasen insuficiente la renuncia de la parte privada (FCC, Urbaser y Sando) a los 650.000 euros de beneficios previstos para este año para reinvertirlos en la propia entidad, sobre todo, después de que rechazaran la propuesta municipal de rebajarse el canon de asistencia técnica, que supone otros 2,1 millones de euros anuales.
En cualquier caso, a esta renuncia a las ganancias por parte de los privados se sumaron durante toda la jornadas nuevas concesiones de la empresa a la plantilla. La primera, mantener intacta la parte social del convenio (seis días más de vacaciones, la jornada laboral de lunes a viernes de forma que los fines de semana solo trabajarían los eventuales, y el mantenimiento al menos hasta 2014 de las pagas de productividad, por casarse y por el nacimiento de un hijo), pero también el compromiso de garantizar la estabilidad de la plantilla, convertir a indefinidos a los trabajadores que sustituyan a jubilados y prejubilados y, además mejoras económicas. Por un lado, el diferencial del IPC de 2011 (0,9%) más 300 euros de productividad, y por otro, una subida 0,5% para este año, además de un 0,6% en 2013 y entre el 0,6 y el 1,5% en 2014. La posibilidad de acuerdo llegó a ser una realidad, pero al final, todos los avances se vinieron abajo. El punto que los sindicatos consideraron insalvable para impedir la huelga fue la negativa de Limasa a consolidar el abono de productividad, pagas extraordinarias y demás complementos a los trabajadores que estén de baja.
Tira y afloja
Durante toda la tarde se mantuvo la misma tónica, causando la perplejidad de los propios árbitros del Sercla. «Cada vez que accedemos a alguna propuesta, piden algo nuevo. Han llegado a plantear modificaciones al convenio vigente e incluso revertir cláusulas pérdidas por sentencias judiciales. Están forzando la situación para que parezca que somos nosotros los que nos levantamos de la mesa, pero no lo vamos a hacer», aseguraban anoche fuentes municipales. Por su parte, desde el comité insistían en exigir «un mayor esfuerzo, de forma que los trabajadores no sean los que soporten toda la carga de los recortes». En torno a la medianoche, Limasa emitió un comunicado lamentando «la falta de voluntad de ciertos representantes de los trabajadores que cuando se avanzaba en la negociación con concesiones mutuas traían a la mesa modificaciones sobre lo acordado».
Las posturas también estuvieron enfrentadas por la mañana a la hora de pactar los servicios mínimos. La empresa planteó que estuvieran operativos en torno al 65% de los 1.254 trabajadores que conforman la plantilla, mientras que el comité propuso únicamente el 5%. La decisión queda ahora en manos de la Delegación Provincial de Empleo de la Junta, que prevé trasladarla a las partes esta misma mañana.
De nada sirvió ayer la apelación del propio alcalde al «sentido común y a la solidaridad de los trabajadores hacia los ciudadanos» con las esperanza de que se desconvocara el paro. Francisco de la Torre reconoció estar «muy sorprendido» con la actitud del comité de empresa de seguir tensando la cuerda, hasta el punto de afirmar: «Espero que haya una postura razonable y sensata, y si no la tiene el comité, espero que la tengan los trabajadores».
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