Quince mil familias acuden ya a los servicios sociales para intentar salir adelante

Para Mariví Romero, concejala del ramo, el pasado año fue el peor a pesar de que el número de usuarios atendidos bajó de 27.922 a 25.211, es decir, cerca de un 10% menos. Pero, más que la cantidad, Romero destaca la gravedad de los casos que llegaron en 2010. «Hemos vivido situaciones muy dramáticas de familias que se han quedado sin nada; les han quitado los pisos porque ya no podían pagar las letras de su hipoteca, todos sus miembros llevan más de dos años en el paro y ya se les han acabado todos los subsidios y la ayuda de 400 euros», afirma.

En los tres últimos ejercicios, el número de expedientes nuevos, es decir, de usuarios que nunca antes habían acudido a los servicios sociales, ha crecido en 15.000 casos -5.096 en 2008, 5.705 en 2009 y 4.981 en 2010-, según los datos de Bienestar Social.

Perfil del demandante

El perfil del demandante también cambia. «Cada vez vienen parejas más jóvenes, incluso de menos de 30 años que habían apostado por una vida en común, se compraron un piso y ahora se ven sin trabajo y sin medios para afrontar los gastos», asegura Romero al tiempo que precisa que estas personas tienen un importante nivel de endeudamiento, lo que dificulta el que puedan superar la situación. La estadística desvela además otras consecuencias de la crisis: «Un alto porcentaje de nuestras usuarias son mujeres, por un lado, porque ante la necesidad de sus hijos superan la vergüenza de tener que solicitar apoyo y, por otro, porque muchas parejas se han roto ante las dificultades y ellas son las que habitualmente tienen que sacar a los hijos adelante», detalla Romero. El eslabón más débil siguen siendo los inmigrantes. Aunque apenas representan al 13% de los usuarios atendidos en los servicios sociales, carecen de la red de apoyo familiar, con lo que se ven solos ante los problemas.

El tipo de demanda también ha cambiado. Si antes de la crisis las ayudas económicas no periódicas se centraban en pagos de alquiler o facturas de la luz o el agua, ahora, van dirigidas a cubrir necesidades básicas. El 70% de las 1.616 solicitudes de Prestación Económicas de Apoyo concedidas en el año 2010 fueron para comida, ropa y calzado. Unas peticiones que beneficiaron a 4.898 personas. Aunque se recibieron muchas más, en total, 6.510. «Los trabajadores sociales analizan los casos y realizan una criba para atender a quienes realmente lo necesitan», señala Mariví Romero.

Factores de riesgo

A estas prestaciones hay que sumar las 203 de ayudas económicas familiares para hogares con factores de riesgo y las 142 por emergencia social, que se conceden en el caso de pérdida de vivienda y situación de desamparo. Romero destaca el esfuerzo del Ayuntamiento para poder darles respuesta.

«En 2010 tuvimos casi tres millones de euros más de presupuesto para encarar la demanda social, mientras que los demás agentes del plan concertado, Junta y Gobierno central, están bajando su inversión en estos asuntos», señala la concejala, quien alaba la labor de las ONG que están trabajando como red de apoyo para estas personas.

Desde hace dos años, el Ayuntamiento de Málaga y estas organizaciones de la ciudad participan en una plataforma para analizar la evolución de las necesidades sociales generadas a raíz de la crisis económica. Dicho movimiento nació en principio para un periodo corto de tiempo, pero inevitablemente ha tenido que continuar reuniéndose periódicamente para estudiar qué pasos se están dando, evitar duplicar recursos y detectar las necesidades de las familias.