Detienen en Málaga a dos joyeros y a un numismático en una operación contra el expolio

La operación, que ha sido bautizada con el nombre de 'Carolina Mosaico', se ha desarrollado en las provincias de Málaga, Madrid, Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Valencia. En total, la Policía Nacional y la Guardia Civil han realizado 115 registros. En la provincia malagueña, los agentes han intervenido en diez domicilios y establecimientos comerciales repartidos por la capital, Antequera, Vélez-Málaga y Nerja, tal y como adelantó SUR (ver edición del 2 de diciembre). En Málaga, los investigadores se han incautado de 16 kilos de oro así como de 106.000 euros en metálico, según informaron las fuentes policiales consultadas.

Los agentes han dirigido sus pesquisas contra una red que supuestamente se dedicaba al expolio de yacimientos arqueológicos cuyas piezas, de incalculable valor histórico -solo las intervenidas por la Guardia Civil alcanzan un valor de 600.000 euros-, se subastaban y vendían en Internet a compradores de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.

En la operación policial se han recuperado miles de piezas, principalmente de la época romana, aunque también hay objetos prehistóricos y del periodo medieval e islámico. Se han incautado de monedas, puntas de flecha, fíbulas de origen romano, pendientes y hebillas visigodas, hachas de piedra pulimentada, estelas con inscripciones en árabe, columnas y exvotos (don u ofrenda que se colgaba en los muros o en los techos de los templos). No obstante, también se han interceptado siete armas, entre ellas una ametralladora.

Las Fuerzas de Seguridad tienen constancia de que algunas de las piezas expoliadas proceden de los yacimientos jiennenses de Cástulo, cercano a Linares; Los Villares, en Andújar; y Calatrava la Vieja, en Ciudad Real. Además, los agentes han desmantelado en Jaén un taller en el que se restauraban y, en ocasiones, supuestamente se falsificaban con gran destreza piezas arqueológicas que vendían como auténticas.

Según informó el Ministerio del Interior, la red copiaba una pieza original con máquinas de alta precisión y la envejecía mediante procesos químicos y físicos, de forma que dificultaban, incluso a un experto, determinar si era auténtica o falsa. Después, ofertaban las piezas en portales de subastas de Internet, o directamente a compradores habituales.

Pujas para subir el precio

En ocasiones, tal y como explicó el jefe de la Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional, Antonio Tenorio, los detenidos realizaban «autopujas» sobre los objetos que vendían en las páginas de subastas para hacer subir artificialmente el precio final que pagaba el coleccionista.

El grupo, asentado principalmente en Andalucía, estaba perfectamente organizado, con personas que señalaban los yacimientos y vendían las piezas, y otras que actuaban «in situ» utilizando detectores de metales. «Los expoliadores actuaban en comisión de servicio. Se les asignaban un yacimiento y se les pagaban dietas y gastos de transporte», ironizó el teniente Vivas, del Seprona de la Guardia Civil.

De forma paralela, la policía ha vinculado al presunto líder de la organización desarticulada con una supuesta trama de blanqueo de capitales por medio de la venta ilegal de metales preciosos, como plata y oro.

Las joyas, una vez fundidas en talleres clandestinos, se enviaban a Alemania, Turquía, Italia y Suiza donde se refinaba, volviendo posteriormente a España para su introducción en el mercado legal. Se han constatado además movimientos de grandes cantidades de oro y dinero desde Andalucía a Madrid.