Trabajadores y pensionistas declaran más dinero a Hacienda que los empresarios
El fraude fiscal sitúa la diferencia entre los ingresos reconocidos por los asalariados y las pymes de la provincia en 7.600 euros de media
FRANCISCO JIMÉNEZ pjimenez@diariosur.es
Lunes, 2 de agosto 2010, 13:18
¿Resulta creíble que un trabajador o un pensionista tenga más ingresos que un empresario? Al margen de lo que cada uno pueda pensar, ... eso es lo que se desprende de las declaraciones de la renta realizadas el pasado año por cada uno de estos colectivos. Con las cifras en la mano, los asalariados y jubilados de la provincia de Málaga declararon 17.793,74 euros de media a la Hacienda Pública, un 74% más (7.591,51 euros) que las pymes y los profesionales liberales que cotizan en régimen de estimación directa (aquéllos que tributan en función de los ingresos una vez deducidos los gastos). ¿El mundo al revés? Más bien, fraude fiscal. Al menos así lo asegura el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) después de haber estudiado los datos del IRPF de 2008, declarado en junio de 2009. Una estadística que convierte a los pequeños y medianos empresarios en simples mileuristas, al reconocer unos rendimientos medios de 10.202,23 euros, una cantidad incluso inferior a los 12.149,23 euros declarados por el colectivo de microempresarios (albañiles, fontaneros o electricistas), que declaran por módulos.
Este desfase no es exclusivo de Málaga, aunque bien es cierto que la brecha fiscal es superior a la media regional, ya que en Andalucía, los empleados declaran un promedio de 6.763 euros más que las pymes y 5.380 que los microempresarios. A nivel nacional, las diferencias están en 7.200 y 7.665 euros, respectivamente, según recoge el Gestha en su segundo Informe de la Lucha contra el Fraude Fiscal en la Agencia Tributaria. Además, si se presta atención a la evolución histórica del IRPF se puede observar cómo desde 1993 hasta 2008 el diferencial entre las rentas declaradas por ambos colectivos en el conjunto del Estado no ha parado de crecer. Y según sus previsiones, más que lo hará en los próximos ejercicios por culpa de la crisis económica.
Ojo a las grandes sociedades
Para los técnicos de Hacienda, estas cifras dejan bien a las claras que la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) está perdiendo la batalla contra la economía sumergida al centrar su control en las rentas del trabajo y las microempresas en lugar de poner sus miras en los profesionales liberales y las grandes corporaciones donde, según apuntan, se conforman las principales bolsas de fraude. ¿Cómo? Haciendo ventas sin IVA, pasando los gastos personales como gastos de la sociedad y, en algunos casos, incluso manejando facturas falsas para contabilizarlas como gasto y poder deducirse un IVA no generado por el desarrollo de su actividad. «Nuestro estudio evidencia dónde está localizado el fraude a pequeña escala, en los autónomos y en las pymes, pero esta cuantía sólo representa el 8% del total. La cabeza del león está en las grandes empresas», asegura el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, quien confía en que este informe, «basado en datos, no estimaciones», sirva para hacer ver a la AEAT «que hay algo que no funciona». «El IRPF es el impuesto que más recauda en España, pero el 75% procede de los rendimientos del trabajo y sólo el 25% restante de empresas y ganancias patrimoniales», recalca.
Para contrarrestar esta situación, el sindicato propone a Hacienda que dirija sus investigaciones de lo más fácil (declarantes, pymes y autónomos que no trabajan con grandes asesorías y bufetes de abogados sino con gestores más modestos) hacia las grandes fortunas, a la vez que reforzar el control de las subvenciones y del gasto público. Un cambio de estrategia que, según sus cálculos, serían una buena alternativa a la congelación de las pensiones, a los recortes sociales y laborales, y a las subidas de impuestos.
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