CINCUENTA AÑOS DEL BURRO-TAXI

El floreciente negocio fue ideado en 1960 por los hermanos Antonio y Julián Núñez Andréu. Estos dos mijeños comenzaron con dos o tres burros, que utilizaban, principalmente, para transportar el material de construcción, a través de las empinadas calles del pueblo situado a más de cuatrocientos metros del nivel de mar.

La actividad comenzó de una manera bastante casual. Todo arrancó cuando una holandesa, que vivía en el pueblo, le preguntó a los arrieros una manera de llegar hasta la ermita con su merienda y nuestros dos amigos le ofrecieron llevarla a cambio de quinientas pesetas por equino. Este método de desplazamiento se hizo tan popular, que los hermanos Núñez Andréu llegaron a contar con una cuadra de 45 burros, diez cochecitos para pasear a la grey infantil y 16 coches de caballos para las más recatadas que no querían abrirse de piernas encima de cualquier animal .

A este propósito, se cuenta, que en Tolox también surgió una explotación de burros-taxi que era regentada por un toloxeño con una sangre muy caliente y que ofrecía compartir el burro con las turistas y resulta que, por lo visto, se acercó tanto a una de ellas que la joven se vio como transportada hacia lo etéreo. Otro de los personajes que popularizó a Mijas con su trabajo, fue Pepe el Albardonero. Sus tareas artesanas en todo lo que respeta al embellecimiento de los burritos, lo llevó a montar una exposición que alcanzó tal éxito que el Ayuntamiento mijeño la repitió en una feria de turismo celebrada en Nueva York, donde ésta consiguió la medalla de oro al embellecimiento de los pueblos.

El turismo impactó con tanta fuerza en Mijas que llegó un momento en que fue el municipio malagueño con mayor censo de residentes extranjeros. Hasta tal punto de que llegó a superar al número de habitantes españoles.

El núcleo de población primitivo de Mijas, parece ser que se fundó con fuengiroleños que para defenderse de las correrías de los berberiscos, que llegaban a las playas de Fuengirola y estos se refugiaban en la altura mijeña. Es también conocida como el mirador de la costa. Mijas padeció, en el año 1884, una avalancha de tierra producida por las intensas lluvias que arrastraron enormes bloques de mármol, con los que, posteriormente, se construyó la fuente que está en la plaza de la Constitución.

El negocio de los burros-taxi, como decimos más arriba, sigue tan campante, hoy regentado por los hijos de los fundadores que capturaron aquella idea lanzada al aire por una holandesa enamorada de Mijas.