El Cautivo levanta pasiones en una pletórica mañana

Unas 70.000 personas, según la Policía Local, han acompañado al Cautivo y la Virgen de la Trinidad en las casi cinco horas y media de traslado, donde se han sucedido los piropos y los vítores al mejor de los trinitarios y donde una lluvia de miles de claveles rojos -también algunos blancos- han llenado el trono de traslado.

Como suele ser habitual el Sábado de Pasión amanece muy temprano en el barrio de la Trinidad, centro de peregrinación adonde llevan los caminos de la fe que son la devoción al Cautivo. En la explanada de la iglesia de San Pablo no cabía un alfiler cuando a las 9.05 horas asomó al dintel de la iglesia del mismo nombre el trono de traslado con las imágenes del Señor y la Virgen.

El obispo de la diócesis, Jesús Catalá, ofició la eucaristía, donde destacó la homilía, donde basándose en los pasajes leídos de la Profecía de Ezequiel y el Evangelio según San Juan, hizo un llamamiento a la unidad de la cofradía del Cautivo, que desde febrero está intervenida por el Obispado ante las desavenencias internas y que llevó al nombramiento de un delegado diocesano, Carlos Ismael Álvarez, quien ha vivido hoy su primera misa de alba y traslado al frente de la hermandad.

El Cautivo está maniatado por nuestras infidelidades y desprecios, afirmó el prelado en uno de los pasajes de su sermón con mucha lectura entre líneas y mensajes velados donde dijo frases como: Quien ensucie las aguas limpias del Cautivo es mejor que las deje o ¿Por qué estáis aquí? ¿Por compromiso social o político o porque verdaderamente os sentís reconocidos en el Cautivo?. Todo un toque de atención a los enfrentamientos internos, al que se unió la reflexión de que No se puede ser devoto del Cautivo, hay que ser discípulo del Cautivo. Unas palabras que fueron escuchadas en medio de un gran silencio de expectación.

En la eucaristía, durante las preces, hubo un recuerdo al recientemente fallecido obispo emérito de la diócesis de Málaga, Antonio Dorado Soto. La misa terminó con la interpretación de cuatro saetas a cargo de Rufino Rivas, José Alcocher, Jesús León y Manuel Lara, ganadores del concurso nacional que cada año organiza la Peña Recreativa Trinitaria.

A su conclusión comenzó el traslado, que fue abierto por la banda de cornetas y tambores Jesús Cautivo. En estos primeros compases del recorrido, el trono fue dirigido desde la campana por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre. A su entrada en la calle don Juan de Austria, los piteros de la Hermandad del Rocío de Málaga recibieron a las imágenes con sones rocieros.

A las 10.22 horas se produjo el esperado momento de la llegada de las imágenes al Hospital Civil. Los hombres de trono dejaron su lugar en los varales al personal sanitario y los toques de campana en el recinto los dio el delegado de Salud de la Junta, Daniel Pérez, acompañado por el gerente de los hospitales Regional Carlos Haya y Clínico, José Luis Doña.

Saeta de Diana Navarro

El director espiritual del Cautivo, Manuel Arteaga, leyó un pasaje evangélico antes de pedir paz para los enfermos. A continuación intervinieron la cantaora María del Carmen Gaitán, el guitarrista José Salazar y el flautista Alberto Castellón. Fue el preludio para las dos soberbias saetas interpretadas por Antonio Cortés y Diana Navarro -estuvo soberbia y además perfectamente ataviada de mantilla- que pusieron fin a la estación en el Hospital Civil.

La banda sinfónica de la Trinidad interpretó las marchas 'Jesús Cautivo' y 'Madre Trinitaria', cuya parte cantada fue entonada por los hermanos, para acompañar la salida de las imágenes del recinto sanitario.

Miles de personas aguardaban en la avenida de Barcelona, las calles Regente, Sevilla y Trinidad para arropar al Señor de la túnica blanca y su Madre. A su paso por el centro de salud 'Jesús Cautivo' fue recibido por el personal sanitario y una petalada saludó su estación ante la casa hermandad de la Cofradía del Santo Traslado y la Soledad de San Pablo. Sobre las 13.47 horas, con un repicar de campanillas, las imágenes de Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad entraron en su casa hermandad a la espera de la salida el Lunes Santo y poniendo el punto y final a una intensa y pletórica mañana cofrade en el corazón del barrio de la Trinidad de una Málaga que se apresta a vivir su gran Semana Santa.