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El tesoro Daskalopoulos brilla en el Guggenheim
ARTE

El tesoro Daskalopoulos brilla en el Guggenheim

'El intervalo luminoso' descubre la punta del iceberg de la 'secreta' colección del magnate griego Dimitris Daskalopoulos

MIGUEL LORENCI

Lunes, 11 de abril 2011, 20:24

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En 1917 Marcel Duchamp elevó un urinario de porcelana a categoría de obra arte. En 1992 Mike Kelley hacía lo mismo con un retrete de plástico portátil. La pieza de Kelley es una de las 400 que atesora la colección de Dimitris Daskalopoulos, una de las mejores del mundo de arte contemporáneo y que permite comprender que ha acontecido en esta controvertida aventura creativa de casi un siglo. Es una soberbia colección apenas expuesta y poco conocida que descubre ahora museo Guggenheim de Bilbao con la muestra 'El Intervalo luminoso'. Es la segunda vez los 'tesoros' del magnate, empresario y coleccionista griego Dimitris Daskalopoulos se exhiben fuera de Grecia. A España llega la punta del iceberg de esta espectacular colección casi 'secreta' que busca sede estable y que, en un goteo de piezas, se ha atisbado en algunos museos de arte contemporáneo.

Nancy Spector y Katherine Brinson, conservadoras de la fundación Guggenheim y del museo neoyorquino de la franquicia, son las comisarias de la muestra que, con patrocinio de Iberdrola, reúne hasta mediados de septiembre en el museo bilbaíno 60 obras de una treintena de grandes artistas. Son piezas muy ambiciosas y notables de creadores tan cruciales como Louise Bourgeois, Damien Hirst, Paul MaCarthy, Marina Abramovic o Robert Gruber.

Repartidas en ceca de 4.000 metros cuadrados por dos plantas del edificio de Frnak Gehry, exhibe piezas muy singulares -casi todas de gran formato y complejidad- que iluminan los logros y retos de los herederos de Duchamp, Beuys por citar a dos de los grandes transgresores y 'padres' de la creación moderna.

Los años 80 y 90 del siglo XX centran el grueso de la colección Daskalopoulos, con piezas de primera figuras como Louise Bourgeois, Robert Gober, Mike Kelley, Martin Kippenberger, Paul McCarthy, Annette Messager y Kiki Smith. Pero también hay sorprendentes proyectos de jóvenes talentos como Paul Chan, Guyton\Walker, Nate Lowman y Wangechi Mutu.

Luz y tiniebla

El título de la muestra es una cita de Nikos Kazantzakis, escritor griego que concibió la vida como un "intervalo luminoso" en el que lucha y desintegración son necesarias para crear y renacer. Daskalopoulos aplica este principio de su admirado Kazantzakis a una colección casi secreta que explora la tensión entre luz y tiniebla, entre la esperanza y la desesperación. Busca creadores que aborden cuestiones universales e indaguen en esa capacidad de recuperación del espíritu humano. Es una colección muy apegada a su tiempo, con piezas que tratan de las crisis y éxitos de la vida contemporánea y que abordan conceptos como alienación, trauma, identidad cultural. El cuerpo humano es otro 'leit motiv' de los artistas y del coleccionista y objeto de varias piezas.

Hay instalaciones de escala realmente ambiciosa y muy controvertidas, como la 'catacumba' de Thomas Hirschhorn, una gigantesca caverna realizada con cinta de embalar y cartón, y titulada 'Hombre cavernícola' (2002); la instalación en forma de corazón de Annette Messager 'Dependencia/Independencia' (1995); la barroca escena de Wangechi Mutu en torno a los excesos del capitalismo 'Exhumando la glotonería' (2006/11) o el alucinatorio paisaje multimedia de John Bock 'Palms' (2007).

Otras piezas son más irónicas y transgresoras, como la irreverente y subversiva representación del cuerpo humano del desmembrado 'Cabeza de tomate (burdeos)' (1994) de Paul McCarthy que es la imagen de la muestra, o la sentimental "conejita" derrotada de 'A la conejita se la juegan n.º 10' (1997) de Sarah Lucas.

No faltan esculturas sonoras como 'Los santos' (2007) con la que Paul Pfeiffer indaga en la dinámica de masas mediante la re-escenificación de un icónico partido internacional de fútbol, o video-ensayos como el de Kutlug Ataman que realiza en 'Küba' (2004) un poliédrico y complejo retrato de una comunidad a través de decenas de entrevistas con habitantes de una barriada de chabolas a las afueras de Estambul.

Las grandes instalaciones tienen su contrapunto en el lenguaje más formal y con límites geométricos, como el cubo electrificado de Mona Hatoum 'Perturbación de corriente' (1996), la retícula de alambre de cuchillas de Kendell Geers, 'Acrópolis ahora' (2004), o la vitrina vacía y los truculentos armarios clínicos de Damien Hirst: 'El asmático escapó' (1992) y su serie de 'Los amantes' (espontáneos, comprometidos, desapegados, comprometedores).

Sede estable

Enriquecido en el sector alimentario, presidente de la patronal griega y ahora financiero e inversor, el ateniense Dimitris Daskalopoulos es un activo mecenas que ha creado una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. Con más de 400 obras de casi 200 artistas y sin una sede estable, las 'joyas' que conserva en varios almacenes se conocen a través los préstamos de 140 piezas a grandes museos de todo el mundo en los en los últimos quince años.

El gusto del potentado Daskalopoulos apuesta por la escultura y la instalación de gran escala, además del cine y el vídeo. La mayoría de las piezas que muestra el Guggenheim Bilbao se exhiben por primera vez desde su adquisición. Dado que la exposición no viajará a otras sedes del emporio Guggneheim, 'El intervalo luminoso' es una ocasión única para conocer que se cuece en el último arte.

Patrono de la fundación Guggenheim y benefactor de de grandes museos europeos y americanos, Daskalopoulos busca en Atenas una sede permanente para su soberbia colección. Pretende disponer en 2014 de "un espacio público que fomente las ideas y promueva la importancia del arte contemporáneo y su apreciación, con especial atención a la interacción y la educación".

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