Diez lugares con misterio en la provincia de Málaga

Iglesia de Daimalos (Arenas)

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En esta tranquila aldea de la Axarquía, se puede ver un valioso alminar árabe que hace las veces de campanario de la iglesia, pero hay quien cree que el atractivo de este templo no está en su valor artístico sino en lo esotérico, ya que existe una leyenda sobre una parte del edificio. Concretamente, se trata de una esquina que hay en el exterior, entre el alminar y uno de los muros, y que se encuentra totalmente tapada. Se le conoce popularmente como el 'rincón de la hechicera'. Hay quien asegura que por las noches se oyen voces porque en su interior se producen aquelarres. Otros aseguran que allí se emparedó al ‘falso cura de Tolox’, que fue acusado a finales del siglo XIX de embaucar a muchos habitantes de ese pueblo de la Sierra de las Nieves augurando el fin del mundo. Algunos vecinos de la aldea axárquica dicen incluso que algunas noches se escuchan ruidos en el anejo donde supuestamente fue emparedado este personaje.

La Rábita (Canillas de Aceituno)

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Situada a 1.060 metros de altitud, la cavidad de la Rábita es paso obligado para los senderistas que quieren subir hasta La Maroma desde Canillas de Aceituno. Esta cueva, situada junto a una fuente del mismo nombre, tiene para muchos un halo de misterio. Se dice que fue una especie de santuario durante el antiguo Al-Ándalus, donde tres religiosos sufíes fueron enterrados. Hay quienes aseguran que se reunían para rezar allí antes de alguna contienda contra los cristianos. Pese a ello, oficialmente fue el inicio de una mina que nunca se llegó a terminar. Los excursionistas que se dirigen a La Maroma suelen parar allí para descansar y disfrutar al mismo tiempo de las vistas de la zona. No cabe duda que, por su ubicación, es un lugar que tiene algo mágico.

Bobastro (Ardales)

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En el entorno del paraje natural del Desfiladero de los Gaitanes aguarda uno de los enclaves más singulares de la provincia de Málaga. Se cuenta que este enclave, donde se han encontrado importantes restos arqueológicos de los siglos IX y X, fue el bastión defensivo del rebelde muladí Omar Ben Hafsún. Desde allí dirigió una revuelta contra el poder de los Omeyas, que en aquel momento era el mayor imperio conocido en Occidente. De esta ciudad de Bobastro, que tuvo hasta sus propias iglesias, todavía queda mucho por descubrir. Seguramente, se conocerán datos muy reveladores en cuanto se hagan las excavaciones arqueológicas que están pendientes desde hace décadas.

Cuevas del Convento (Alhaurín El Grande)

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En los bajos de la actual sede del ayuntamiento de este pueblo del Valle del Guadalhorce se pueden visitar las Cuevas del Convento, que hicieron las veces de almacén de monjes franciscanos en el siglo XVIII. Sin embargo, hay quienes ven en esta cavidad, donde hoy se hacen exposiciones y se celebran eventos culturales, algunos misterios. Entre ellos, no se sabe con certeza cómo un grupo de cinco frailes pudieron realizar esta estructura, que pudo pertenecer al convento. Por otro, hay una leyenda que asegura que este enclave subterráneo estaba conectado por un túnel con la fortaleza de Fahala, hoy prácticamente desaparecida.

Cruces blancas (Benaoján)

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La sierra de Juan Diego, que cobija al pueblo de Benaoján, atesora otro misterio sin resolver. En la parte alta de esta montaña, pero visible desde el propio casco urbano, se pueden ver unas cruces blancas pintadas sobre la roca. Hay varias versiones sobre su origen, pero la tesis más extendida es que alguien, anónimamente, las pintaba después del fallecimiento del algún vecino. No se sabe cuándo aparecieron. Ni siquiera cuál podría ser la intención de quien las dibujaba. En este municipio del Valle del Guadiaro hay quienes la han llegado a relacionar con las víctimas de la Guerra Civil e incluso los que remontan su origen al antiguo Al-Ándalus. Los más escépticos advierten que estas cruces son mucho más contemporáneas.

Iglesia de San Antonio de Padua (Alpandeire)

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En la zona conocida como el Alto Genal, se mezclan hoy en día todo tipo de leyendas e historias singulares. Entre ellas se habla de las iglesias cambiadas de Alpandeire e Igualeja. Hay una leyenda que afirma que la parroquia de San Antonio Padua, conocida con el sobrenombre de 'Catedral de la Serranía' por su tamaño se construyó en Alpandeire y no en Igualeja por un error. Una leyenda popular explica que hubo una confusión de planos, con lo que se explicaría el desproporcionado tamaño del templo para una localidad que no alcanza ni los 300 habitantes en la actualidad. Pero, dentro del templo aguarda otra sorpresa. Allí se conservan dos momias que, al parecer, se corresponden con el matrimonio que en su día financió las obras. Sobre el hallazgo y la conservación de ambos cuerpos, también se cuentan distintas leyendas en el pueblo.

Fábrica de Hojalata (Júzcar)

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A unos pasos de la antigua alquería de Moclón se encuentra, lo que en su día fue la antigua Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, considerada como la primera factoría que elaboró acero en el país. Comenzó a funcionar en 1731 en este recóndito lugar de la Serranía de Ronda para aprovechar la abundante madera de sus bosques y la fuerza de las aguas del Genal. El enclave también era idóneo por encontrarse en un sitio discreto y poco conocido, ya que en aquella época la elaboración de hojalata era estratégica. De hecho, algunas crónicas históricas señalan que para poner en funcionamiento la fábrica fue necesario traer escondidos en barriles a dos ingenieros suizos desde Alemania, ya que éstos tenían prohibida su salida del país germano para evitar la competencia. La factoría, que conserva buena parte de su estructura, se encuentra actualmente en una propiedad privada, si bien se puede observar desde el camino que baja al río Genal.

El Cementerio Redondo (Sayalonga)

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Un paseo por su cuidado casco urbano puede llevarnos hasta su peculiar Cementerio Redondo, un camposanto del siglo XIX que, según algunos estudios realizados, podría tener relación con la masonería. Al menos, algunos símbolos encontrados podrían confirmar ese origen. No existe en todo el país ningún recinto con esta peculiaridad, lo que lo convierte en una verdadera joya de la arquitectura anónima. Durante muchos años se ha creído que la disposición del camposanto no era casual. De hecho, se consideraba que los nichos se habían colocado de tal forma que no se pudieran dar la espalda unos a otros. Entre las leyendas esotéricas que allí se cuentan, la más famosa es la del Niño Gitano.

Cueva del Tesoro (Rincón de la Victoria)

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Esta gruta situada en el Cantal Alto debe su nombre a un supuesto botín de oro que, según una leyenda, fue escondido en la gruta en la época de los almorávides. En el siglo XIX, un ciudadano suizo, atraído por esa historia, estuvo haciendo excavaciones durante más de tres décadas sin que lograra su objetivo. Es más, este aventurero falleció en una de las explosiones que él mismo provocó para profundizar en la cueva. Hoy en día, la Cueva del Tesoro, habitada por el hombre prehistórico, es una joya de la geología, ya que está considerada como la única cavidad de origen marino de Europa. De hecho, la acción del Mediterráneo ha sido la que ha contribuido durante milenios -desde el Jurásico-, con su efecto erosivo, a la formación tanto de esta cueva como de otras situadas bajo el denominado Cantal.

La diosa de la fertilidad (Almargen).

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En el en el Museo Municipal de Almargen, que lleva el lema de 'Una frontera en el primer reino de la Península Ibérica', se encuentra uno de las piezas arqueológicas más singulares de la provincia de Málaga. Se trata de un icono de forma fálica, tallado en piedra hace más de tres mil años, que se corresponde con la Diosa de la Fecundidad. Según afirman en el pueblo, cada año se acercan hasta el museo numerosas parejas que quieren ver y tocar la piedra esculpida porque creen que hace honor en su nombre. Curiosamente, este vestigio fue encontrado hace algunas décadas por una familia local en su propiedad, que incluso lo conservó como un objeto de adorno en su hogar durante años sin conocer su importancia arqueológica.